»Sucedió que, a eso del mediodía, cuando me acercaba a Damasco, una intensa luz del cielo brilló de repente a mi alrededor.
Hechos 9:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Estando ya cerca de Damasco, una luz del cielo brilló de repente a su alrededor. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; Biblia Nueva Traducción Viviente Al acercarse a Damasco para cumplir esa misión, una luz del cielo de repente brilló alrededor de él. Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras iba de camino, ya cerca de Damasco, le envolvió de repente una luz que venía del cielo. La Biblia Textual 3a Edicion Pero yendo por el camino, sucedió que cuando se acercaba° a Damasco, de repente resplandeció alrededor de él una luz del cielo, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sucedió que, mientras iba caminando, al acercarse a Damasco, de repente lo envolvió una luz del cielo; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y yendo él por el camino, al acercarse a Damasco, súbitamente le cercó un resplandor de luz del cielo; |
»Sucedió que, a eso del mediodía, cuando me acercaba a Damasco, una intensa luz del cielo brilló de repente a mi alrededor.
Ananías se fue. Cuando llegó a la casa, puso sus manos sobre Saulo y le dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús me ha enviado. Fue él quien se te apareció en el camino. Me envía para que recuperes la vista y seas lleno del Espíritu Santo».
Entonces Bernabé lo tomó a su cargo y lo llevó a los apóstoles. Bernabé les contó con detalle que Saulo había visto al Señor en el camino y le había hablado. Les contó que Saulo había predicado en Damasco y que lo hizo con libertad en el nombre de Jesús.
Luego, por último, se me apareció también a mí. Por eso me considero como un niño nacido fuera de tiempo.
¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor? ¿No son ustedes el fruto de mi trabajo para el Señor?
al único que vive para siempre, que vive en una luz a la que nadie se puede acercar, a quien nadie ha visto ni puede ver, a él sea el honor y el poder eternamente. Amén.
La ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren. Porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lámpara.
Ya no habrá noche. No necesitarán la luz del sol ni la luz de una lámpara, porque el Señor Dios los alumbrará. Y reinarán para siempre.