La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Hechos 24:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Mis acusadores no me encontraron discutiendo con nadie en el Templo. No me pueden acusar de alborotar a la gente en las sinagogas ni en ninguna otra parte de la ciudad.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

y no me hallaron disputando con ninguno, ni amotinando a la multitud; ni en el templo, ni en las sinagogas ni en la ciudad;

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Los que me acusan nunca me encontraron discutiendo con nadie en el templo ni provocando disturbios en ninguna sinagoga o en las calles de la ciudad.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

y que nadie me sorprendió discutiendo en el Templo o alborotando a la gente ni en las sinagogas ni en la ciudad;'

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

y no me hallaron en el templo discutiendo con nadie,° ni provocando un motín, ni en las sinagogas, ni en la ciudad;

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y ni en el templo, ni en las sinagogas, ni por la ciudad me encontraron discutiendo con ninguno ni promoviendo motines entre la turba.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y no me hallaron en el templo disputando con alguno, ni alborotando al pueblo, ni en las sinagogas, ni en la ciudad;

Ver Capítulo
Otras versiones



Hechos 24:12
6 Referencias Cruzadas  

Cuando llegaron adonde estaban los otros discípulos, vieron que a su alrededor había mucha gente y que los maestros de la Ley discutían con ellos.


¿Por qué me interrogas a mí? ¡Interroga a los que me han oído hablar! Ellos deben saber lo que dije.


Yo estaba en el Templo cumpliendo con una ceremonia de purificación. No me acompañaba mucha gente, ni estaba armando ningún alboroto.


Hemos descubierto que este hombre es un verdadero problema. Por todas partes anda provocando alborotos entre los judíos. Es el líder de un grupo llamado los nazarenos.


Pablo se defendía: ―No he cometido ninguna falta contra la Ley de los judíos ni contra el Templo ni contra el césar.


Tres días más tarde, Pablo invitó a los dirigentes de los judíos. Cuando estuvieron reunidos, les dijo: ―Amigos israelitas, yo no he hecho nada contra mi pueblo ni contra las costumbres de nuestros antepasados. Sin embargo, los judíos me arrestaron en Jerusalén y me entregaron a los romanos.