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Hechos 2:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

El día de Pentecostés, todos los creyentes estaban reunidos en un mismo lugar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Cuando llegó el día de Pentecostés,° estaban todos unánimes juntos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Al llegar el día de Pentecostés estaban todos reunidos en el mismo lugar

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes en un mismo lugar.

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Otras versiones



Hechos 2:1
23 Referencias Cruzadas  

Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.


Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder. Y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta el último rincón de la tierra.


No dejaban de reunirse unánimes en el Templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad.


Pablo había decidido no parar en Éfeso para no demorarse en la provincia de Asia. Tenía prisa por llegar a Jerusalén para el día de Pentecostés, si fuera posible.


Al oír esto, todos alzaron la voz en oración a Dios: «Soberano Señor, tú eres el creador del cielo y de la tierra, del mar y de todo lo que hay en ellos.


Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y predicaban la palabra de Dios sin ningún temor.


Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían.


Por medio de los apóstoles ocurrían muchos milagros y maravillas entre el pueblo. Y todos los creyentes se reunían de común acuerdo en las afueras del Templo, en la entrada a la puerta de Salomón.


Así ustedes, juntos y a una sola voz, darán la gloria al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.


Pero me quedaré en Éfeso hasta que llegue la fiesta de Pentecostés.


Pase lo que pase, pórtense bien, como lo enseña el mensaje de Cristo. De este modo, ya sea que vaya a verlos o no, quiero recibir buenas noticias de ustedes. Quiero escuchar que siguen firmes y unidos, luchando juntos para que otros crean en la buena noticia de Cristo.


Entonces hagan que mi alegría sea completa. Pónganse de acuerdo entre ustedes, vivan unidos por un mismo amor, un mismo sentimiento y una misma manera de pensar.