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Hechos 11:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Los apóstoles y los creyentes de toda Judea se enteraron de que también los no judíos habían recibido el mensaje de Dios.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

La noticia de que los gentiles habían recibido la palabra de Dios pronto llegó a los apóstoles y a los demás creyentes de Judea.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los apóstoles y los hermanos de Judea tuvieron noticias de que también personas no judías habían acogido la Palabra de Dios. Por eso,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Los apóstoles y los hermanos que estaban° en Judea oyeron entonces que también los gentiles habían recibido° la palabra de Dios;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Oyeron los apóstoles y los hermanos que vivían en Judea que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, oyeron que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios.

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Otras versiones



Hechos 11:1
34 Referencias Cruzadas  

Después de que Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes del Oriente.


Les digo que muchos vendrán del este y del oeste, y participarán en el banquete con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos.


Al entrar en la tumba vieron a un joven vestido con un manto blanco, sentado a la derecha, y se asustaron.


luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».


Cierto día, se habían reunido como ciento veinte creyentes. Entonces Pedro se puso de pie en medio de ellos, y les dijo:


Entonces decidieron que cada uno de los discípulos enviaría ayuda a los creyentes que vivían en Judea. Cada uno ayudaría según sus recursos.


Cuando llegaron, reunieron a la iglesia y le informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos. Les contaron cómo Dios había abierto la puerta de la fe a los no judíos.


De camino a Jerusalén, pasaron por Fenicia y Samaria. Allí contaron cómo los no judíos habían creído en Jesús. Estas noticias llenaron de alegría a todos los creyentes.


Los creyentes de Roma, habiéndose enterado de nuestra situación, salieron hasta el Foro de Apio y Tres Tabernas a recibirnos. Al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró ánimo.