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Hechos 28:15 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

15 Los creyentes de Roma, habiéndose enterado de nuestra situación, salieron hasta el Foro de Apio y Tres Tabernas a recibirnos. Al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró ánimo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

15 de donde, oyendo de nosotros los hermanos, salieron a recibirnos hasta el Foro de Apio y las Tres Tabernas; y al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Los hermanos de Roma se habían enterado de nuestra inminente llegada, y salieron hasta el Foro por el Camino Apio para recibirnos. En Las Tres Tabernas nos esperaba otro grupo. Cuando Pablo los vio, se animó y dio gracias a Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Allí los hermanos salieron a nuestro encuentro hasta el Foro Apio y Tres Tabernas, pues ya tenían noticia de nuestra llegada. Pablo, al verlos, dio gracias a Dios y se llenó de ánimo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Cuando los hermanos oyeron acerca de nosotros, salieron de allí a recibirnos hasta el foro de Apio y las Tres Tabernas, viendo a los cuales, Pablo dio gracias a Dios, y cobró buen ánimo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Los hermanos de allí, que habían tenido noticias nuestras, salieron a nuestro encuentro hasta el Foro Apio y Tres Tabernas. Al verlos Pablo, dio gracias a Dios y cobró ánimo.

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Hechos 28:15
22 Referencias Cruzadas  

Entonces tomaron ramas de palma y salieron a recibirlo, gritando a voz en cuello: ―¡Hosanna! ―¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ―¡Bendito el Rey de Israel!


Cierto día, se habían reunido como ciento veinte creyentes. Entonces Pedro se puso de pie en medio de ellos, y les dijo:


Entonces Pedro los invitó a pasar y los hospedó. Al día siguiente, Pedro se fue con ellos acompañado de algunos creyentes de Jope.


Al llegar Pedro a la casa, Cornelio salió a recibirlo y, arrodillándose delante de él, le rindió homenaje.


Los apóstoles y los creyentes de toda Judea se enteraron de que también los no judíos habían recibido el mensaje de Dios.


El Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. También fueron conmigo estos seis hermanos en la fe, y entramos en la casa de aquel hombre.


Con la mano Pedro les hizo señas de que se callaran, y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. ―Cuéntenles esto a Santiago y a los otros creyentes —les dijo. Luego salió y se fue a otro lugar.


Pero, al cabo de algunos días, salimos y continuamos nuestro viaje. Todos los discípulos, incluso las mujeres y los niños, nos acompañaron hasta las afueras de la ciudad, y allí en la playa nos arrodillamos y oramos.


Allí encontramos a algunos creyentes que nos invitaron a pasar una semana con ellos. Y por fin llegamos a Roma.


Así que tengo planes de visitarlos cuando vaya rumbo a España. Espero que, después de que haya disfrutado de la compañía de ustedes por algún tiempo, me ayuden a continuar el viaje.


Doy gracias a Dios, porque por medio de Cristo siempre nos da la victoria. Él hace que nuestro mensaje se vaya conociendo por todas partes como si fuera un aroma agradable.


Y, aunque eso representó un problema para ustedes, no me rechazaron ni me trataron mal. Al contrario, me recibieron como a un ángel de Dios, como si se tratara de Cristo Jesús.


Por eso, hermanos en la fe, en medio de todas nuestras dificultades y sufrimientos nos anima saber que ustedes siguen confiando.


Acuérdense de los presos, como si ustedes fueran sus compañeros de cárcel. También acuérdense de los que son maltratados, como si fueran ustedes mismos los que sufren.


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