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Hebreos 13:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Acuérdense de los presos, como si ustedes fueran sus compañeros de cárcel. También acuérdense de los que son maltratados, como si fueran ustedes mismos los que sufren.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Acuérdense de aquellos que están en prisión, como si ustedes mismos estuvieran allí. Acuérdense también de los que son maltratados, como si ustedes mismos sintieran en carne propia el dolor de ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Acuérdense de los presos como si estuvieran con ellos en la cárcel, y de los que sufren, pues ustedes también tienen cuerpo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos, y de los maltratados, como estando también vosotros mismos en el cuerpo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Acordaos de los presos, como si compartierais con ellos la prisión; de los torturados, como si también vosotros estuvierais dentro de su piel.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.

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Otras versiones



Hebreos 13:3
19 Referencias Cruzadas  

Necesité ropa, y me vistieron. Estuve enfermo, y me atendieron. Estuve en la cárcel, y me visitaron”.


Fui extranjero, y no me dieron alojamiento. Necesité ropa, y no me vistieron. Estuve enfermo y en la cárcel, y no me atendieron”.


Luego le ordenó al capitán de los soldados que mantuviera vigilado a Pablo. Pero también le dijo que le diera cierta libertad y permitiera que sus hermanos en la fe lo atendieran.


Al día siguiente, hicimos una parada en Sidón. El capitán Julio, con mucha amabilidad, le permitió a Pablo visitar a sus hermanos en la fe para que lo atendieran.


Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran.


Si una de las partes sufre, las demás comparten su sufrimiento. Si una de ellas recibe trato especial, las demás se alegran con ella.


Por eso yo, que estoy preso por servir al Señor, les ruego que se porten bien, como gente que Dios ha llamado a ser parte de su pueblo.


Yo, Pablo, escribo este saludo de mi puño y letra. Recuerden que estoy preso. Que el amor inmerecido de Dios llene sus vidas.


También sintieron compasión de los que estaban en la cárcel. Y, cuando a ustedes les quitaron sus bienes, lo aceptaron con alegría, seguros de que tenían una riqueza mejor y más permanente.


Fueron apedreados, partidos por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron huyendo de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra. Pasaron necesidades, sufrieron y fueron maltratados.


En fin, vivan en armonía los unos con los otros. Compartan penas y alegrías, amen a sus hermanos en la fe, sean compasivos y humildes.