La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Gálatas 3:24 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Así que la Ley vino a ser como un guía encargado de llevarnos a Cristo, para que fuéramos aceptados por Dios como justos por la fe.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Dicho de otra manera, la ley fue nuestra tutora hasta que vino Cristo; nos protegió hasta que se nos declarara justos ante Dios por medio de la fe.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

La Ley nos conducía al maestro, a Cristo, para que creyéramos y así fuéramos justos.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Así que la ley ha sido nuestro tutor hasta el Mesías, para que por medio de la fe fuéramos declarados justos.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Así, pues, la ley nos sirvió de ayo hasta llevarnos a Cristo, para que fuéramos justificados por la fe.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

De manera que la ley fue nuestro ayo para traernos a Cristo, para que fuésemos justificados por la fe.

Ver Capítulo
Otras versiones



Gálatas 3:24
16 Referencias Cruzadas  

Gracias a Cristo, la Ley ya no es el medio de salvación. Al contrario, todo el que cree en Cristo es declarado justo.


¿A qué conclusión llegamos? Pues que los no judíos, que no buscaban que Dios los aceptara, fueron aceptados porque tuvieron fe.


Ustedes podrían tener diez mil maestros que les enseñen acerca de Cristo, pero no tienen a muchos que los cuiden como lo hace un padre. Pues, cuando les anuncié el mensaje de la buena noticia y ustedes creyeron en Cristo Jesús, llegué a ser como un padre para ustedes.


Sin embargo, reconocemos que nadie es aceptado como justo delante de Dios por hacer las cosas que demanda la Ley. Somos aceptados como justos por creer en Jesucristo. Nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús. Así que somos aceptados como justos por la fe en él y no por hacer las cosas que demanda la Ley. Porque nadie será aceptado por Dios como justo por hacer esas cosas.


Yo, por mi parte, creo que la Ley me condenó a morir, es decir, para la Ley estoy muerto, y ahora vivo para Dios.


Pero, ahora que conocemos esa fe, ya no necesitamos que la Ley nos guíe.


Todo eso es una sombra de las cosas que estaban por venir. Pero Cristo nos muestra lo que es verdad.