La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




1 Tesalonicenses 3:4 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

pues cuando estábamos con ustedes les advertimos que íbamos a sufrir. Y así sucedió.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Porque también estando con vosotros, os predecíamos que íbamos a pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Aun cuando estábamos con ustedes, les advertimos que las dificultades pronto llegarían, y así sucedió, como bien saben.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando estábamos con ustedes ya se lo decíamos: tendremos que enfrentar la persecución. Y sucedió, como bien saben.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Porque cuando aún estábamos con vosotros, os predecíamos que íbamos a padecer tribulaciones, como ha acontecido° y lo sabéis.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ya cuando estábamos entre vosotros os dijimos a tiempo que tendríamos que enfrentarnos con tribulaciones, como así ha pasado y bien lo sabéis.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque aun estando con vosotros, os predecíamos que habíamos de padecer tribulaciones, como ha acontecido y lo sabéis.

Ver Capítulo
Otras versiones



1 Tesalonicenses 3:4
12 Referencias Cruzadas  

Fíjense que se lo he dicho a ustedes de antemano.


Atravesando Anfípolis y Apolonia, Pablo y Silas llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos.


Los judíos de Tesalónica se enteraron de que Pablo también estaba en Berea predicando el mensaje de Dios. Así que fueron allá para armar escándalo y alborotar a la gente.


Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo. Lo que me importa es terminar la tarea que me dio el Señor Jesús. Quiero cumplir mi misión: anunciar el mensaje de la buena noticia del inmerecido amor de Dios.


A ustedes, hermanos en la fe, les pasó lo mismo que a los hermanos de las iglesias de Dios en Judea. Estos hermanos, que creyeron en Cristo Jesús, sufrieron por causa de los judíos. Y ustedes sufrieron lo mismo por causa de sus compatriotas.


Y saben también que, a pesar de los sufrimientos y los insultos que antes recibimos en Filipos, nuestra confianza en nuestro Dios creció. Por eso nos atrevimos a comunicarles la buena noticia en medio de una gran lucha.


Recuerden que ya les había hablado de esto cuando estuve con ustedes.


Pues, incluso cuando estábamos con ustedes, les ordenamos: «El que no quiera trabajar, que tampoco coma».