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Números 23:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Dios vino a su encuentro y Balán le dijo: —He preparado siete altares, y en cada altar he ofrecido un novillo y un carnero.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y vino Dios al encuentro de Balaam, y este le dijo: Siete altares he ordenado, y en cada altar he ofrecido un becerro y un carnero.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

y allí se reunió Dios con él. Balaam le dijo: —Preparé siete altares y sacrifiqué un becerro y un carnero en cada altar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Dios se presentó a Balaam y éste le dijo: '¡Preparé siete altares y en cada altar sacrifiqué un novillo y un chivo!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y salió ’Elohim al encuentro de Balaam, y éste le dijo: Siete altares he preparado y en cada altar he sacrificado un toro y un carnero.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Vino Dios al encuentro de Balaán, y éste le dijo: 'He erigido siete altares y he ofrecido en holocausto un novillo y un carnero sobre cada uno de ellos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y vino Dios al encuentro de Balaam, y este le dijo: Siete altares he ordenado, y en cada altar he ofrecido un becerro y un carnero.

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Otras versiones



Números 23:4
12 Referencias Cruzadas  

Aquella noche Dios se apareció a Balán y dijo: «Ya que estos hombres han venido a llamarte, ve con ellos, pero solo harás lo que yo te ordene».


Dios apareció a Balán y dijo: —¿Quiénes son estos hombres que están contigo?


Balán dijo a Balac: «Edifícame siete altares en este lugar, y prepárame siete novillos y siete carneros».


El Señor se reunió con Balán y puso en boca de este su palabra. Le dijo: «Vuelve adonde está Balac y repite lo que te voy a decir».


Entonces Balán dijo a Balac: «Quédate aquí, al lado de tu holocausto, mientras yo voy a ver si el Señor quiere reunirse conmigo. Luego te comunicaré lo que él me revele». Y se fue a una loma desolada.


Entonces el Señor puso su palabra en boca de Balán y le dijo: —Vuelve adonde está Balac y repítele lo que te voy a decir.


“Estos que fueron los últimos en ser contratados trabajaron una sola hora —dijeron—, y usted los ha tratado como a nosotros que hemos soportado el peso del trabajo y el calor del día”.


Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo”.


Los expulsarán de las sinagogas; y llegará el día en que cualquiera que los mate pensará que está prestando un servicio a Dios.


¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál principio? ¿Por el de la obediencia de la Ley? No, sino por el de la fe.


no por obras, para que nadie se jacte.