Cuando cultives la tierra, no te dará sus frutos y en el mundo serás un fugitivo errante.
Levítico 26:17 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Yo les negaré mi favor y sus adversarios los derrotarán. Sus enemigos los dominarán y ustedes huirán sin que nadie los persiga. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pondré mi rostro contra vosotros, y seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga. Biblia Nueva Traducción Viviente Me volveré contra ustedes, y sus enemigos los derrotarán. Aquellos quienes los odian los gobernarán, y ustedes huirán, ¡aun cuando nadie los esté persiguiendo! Biblia Católica (Latinoamericana) Me volveré contra ustedes y serán derrotados ante el enemigo; ustedes no resistirán a sus adversarios y huirán sin que nadie los persiga. La Biblia Textual 3a Edicion Pondré mi rostro contra vosotros y seréis derrotados delante de vuestros enemigos, y quienes os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo me volveré contra vosotros, y seréis derrotados por vuestros enemigos; os dominarán los que os odian y huiréis sin que nadie os persiga. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y fijaré mi rostro contra vosotros, y seréis muertos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros y huiréis sin que nadie os persiga. |
Cuando cultives la tierra, no te dará sus frutos y en el mundo serás un fugitivo errante.
»Cuando tu pueblo Israel sea derrotado por el enemigo por haber pecado contra ti, si luego se vuelve a ti para alabar tu nombre, y ora y te suplica en este templo,
Por eso la ira del Señor se encendió contra los israelitas y, por mucho tiempo, los puso bajo el poder de Jazael, rey de Aram, y de su hijo Ben Adad.
Del ejército no le habían quedado a Joacaz más que cincuenta jinetes, diez carros de combate y diez mil soldados de infantería, pues el rey de Aram había destruido el ejército, reduciéndolo a polvo.
Nos hiciste retroceder ante el enemigo; nos han saqueado nuestros adversarios.
Allí los tienen, sobrecogidos de miedo, cuando no hay nada que temer. Dios dispersó los huesos de quienes te atacaban; tú los avergonzaste, porque Dios los rechazó.
¡Oh, si de Sión saliera la salvación de Israel! Cuando Dios restaure a su pueblo, ¡Jacob se regocijará, Israel se alegrará!
El malvado huye aunque nadie lo persiga; pero el justo vive confiado como un león.
Ante la amenaza de uno solo, mil de ustedes saldrán huyendo; ante la amenaza de cinco, huirán todos ustedes. Quedarán abandonados como un mástil en la cima de una montaña, como una bandera sobre una colina».
Pero ellos se rebelaron y afligieron a su Santo Espíritu. Por eso se convirtió en su enemigo y luchó él mismo contra ellos.
‘En este lugar anularé los planes de Judá y de Jerusalén. Los haré caer a filo de espada delante de sus enemigos, es decir, a manos de los que atentan contra su vida. También dejaré sus cadáveres a las aves del cielo y a las bestias de la tierra para que les sirvan de comida.
»Por eso, así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: “He decidido ponerme en contra de ustedes, para su mal, y destruir a todo Judá.
Sus enemigos se volvieron sus amos; tranquilos se ven sus adversarios. El Señor la ha acongojado por causa de sus muchos pecados. Sus hijos marcharon al cautiverio, arrastrados por sus enemigos.
Como enemigo, tensó el arco; lista estaba su mano derecha. Como enemigo, eliminó lo placentero a la vista. Como fuego, derramó su ira sobre las tiendas de la hija de Sión.
Voy a enfrentarme a ellos; ¡se han librado de un fuego, pero serán consumidos por otro! Cuando me enfrente a ellos, ustedes sabrán que yo soy el Señor.
»Cuando algún israelita o extranjero que viva entre ustedes coma sangre de cualquier animal, yo me pondré en su contra y lo eliminaré de su pueblo.
El Señor hará que te derroten tus enemigos. Avanzarás contra ellos por un camino y huirás de ellos por siete caminos. Todos los reinos de la tierra sentirán horror al verte.
Por esa razón, solo fueron a la batalla tres mil soldados, pero estos salieron huyendo ante los de Hai.
Entonces el Señor se enfureció contra los israelitas y los entregó en manos de invasores que los saquearon. Los dejó en manos de los enemigos que tenían a su alrededor, a los que ya no pudieron hacerles frente.
Los israelitas estuvieron sometidos a Eglón, rey de Moab, durante dieciocho años.
El Señor se enfureció contra Israel a tal grado que los entregó en manos de Cusán Risatayin, rey de Aram Najarayin, a quien estuvieron sometidos durante ocho años.
Era tal la tiranía de los madianitas que los israelitas se hicieron escondites en las montañas, las cuevas y otros lugares de refugio.
En cambio, si desobedecen al Señor y no acatan sus mandatos, él descargará su mano sobre ustedes como la descargó contra sus antepasados.
Los filisteos fueron a la guerra contra Israel y los israelitas huyeron ante ellos. Muchos cayeron muertos en el monte Guilboa.
Entonces los filisteos se lanzaron al ataque y derrotaron a los israelitas, los cuales huyeron en desbandada. La matanza fue terrible, pues de los israelitas cayeron treinta mil soldados de infantería.