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Levítico 20:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Obedezcan mis estatutos y pónganlos por obra. Yo soy el Señor, el que los consagra.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová que os santifico.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Guarden todos mis decretos poniéndolos en práctica, porque yo soy el Señor quien los hace santos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Guarden mis preceptos y practíquenlos: ¡Yo soy Yavé, y a ustedes les hago santos!

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La Biblia Textual 3a Edicion

Guardaréis mis estatutos y los pondréis por obra. Yo soy YHVH, que os santifico.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Observad mis leyes y ponedlas en práctica. Yo soy Yahveh, el que os santifica.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra: Yo soy Jehová que os santifico.

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Otras versiones



Levítico 20:8
19 Referencias Cruzadas  

«Diles lo siguiente a los israelitas: Ustedes deberán observar mis sábados. En todas las generaciones venideras, el sábado será una señal entre ustedes y yo, para que sepan que yo, el Señor, los he consagrado.


También les di mis sábados como una señal entre ellos y yo, para que reconocieran que yo, el Señor, he consagrado los sábados para mí.


Y, cuando mi santuario esté para siempre en medio de ellos, las naciones sabrán que yo, el Señor, he hecho de Israel un pueblo santo”».


»Cumplan mis estatutos: »No crucen animales de especies diferentes. »No planten en su campo dos clases distintas de semilla. »No usen ropa tejida con dos clases distintas de hilo.


»Cumplan todos mis estatutos y obedezcan todas mis leyes. Yo soy el Señor».


Sean ustedes santos porque yo, el Señor, soy santo y los he distinguido entre las demás naciones, para que sean míos.


Considéralo santo, porque él ofrece el pan de tu Dios. Santo será para ti, porque santo soy yo, el Señor, que los consagro a ustedes.


No profanen mi santo nombre, sino reconózcanme como santo en medio de los israelitas. Yo soy el Señor, que los consagra para mí.


Cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos es mi hermano, mi hermana y mi madre.


¡Ciegos tontos! ¿Qué es más importante: el oro o el Templo que hace sagrado al oro?


Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos.


»Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.


¿Entienden esto? Dichosos serán si lo ponen en práctica.


Pero gracias a él ustedes están unidos en Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, justificación, santificación y redención;


Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser —espíritu, alma y cuerpo—, irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo.


Nosotros, en cambio, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por el Señor, porque Dios los escogió como los primeros frutos para ser salvos, mediante la obra santificadora del Espíritu y la fe que tienen en la verdad.


No se contenten solo con oír la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica.


»Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de la vida y para poder entrar por las puertas de la ciudad.