el vino que alegra el corazón humano, el aceite que hace brillar el rostro y el pan que sustenta la vida.
Jueces 19:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Al quinto día madrugó para irse, pero el padre de la muchacha dijo: «Repón tus fuerzas. ¡Espera hasta la tarde!». Así que los dos comieron juntos. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Al quinto día, levantándose de mañana para irse, le dijo el padre de la joven: Conforta ahora tu corazón, y aguarda hasta que decline el día. Y comieron ambos juntos. Biblia Nueva Traducción Viviente A la mañana del quinto día, el hombre se levantó temprano nuevamente, listo para partir, pero una vez más el padre de la joven le dijo: «Come algo; después podrás irte esta tarde». Así que se pasaron otro día de festejo. Biblia Católica (Latinoamericana) Al quinto día, como se levantara muy temprano para irse, el padre de la joven le dijo: 'Repón tus fuerzas, espera la caída de la tarde'. Comieron los dos juntos. La Biblia Textual 3a Edicion Al quinto día madrugó y se dispuso a partir, pero el padre de la joven le dijo: Te ruego que confortes tu corazón, y esperes hasta que el día decline. Y ambos comieron juntos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al quinto día se levantó de madrugada para partir; pero el padre de la joven le dijo: 'Reconforta, por favor, tu corazón'. Así aguardaron hasta el declinar del día y comieron juntos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y al quinto día levantándose de mañana para irse, le dijo el padre de la joven: Te ruego que confortes ahora tu corazón. Y se detuvieron hasta que ya declinaba el día, y comieron ambos juntos. |
el vino que alegra el corazón humano, el aceite que hace brillar el rostro y el pan que sustenta la vida.
Al cuarto día madrugaron y él se dispuso a salir, pero el padre de la muchacha dijo a su yerno: «Repón tus fuerzas con algo de comida, luego podrás irte».
Cuando el levita se levantó para irse, su suegro insistió de tal manera que se vio obligado a quedarse allí esa noche.
Cuando el hombre se levantó para irse con su concubina y su criado, su suegro, que era el padre de la muchacha, le dijo: «Mira, está a punto de oscurecer y el día ya se termina. Pasa aquí la noche; quédate para pasarla bien. Mañana podrás madrugar y emprender tu camino a casa».