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Josué 3:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

con la siguiente orden: «Cuando vean el arca del pacto del Señor su Dios y a los sacerdotes levitas que la llevan, abandonen sus puestos y pónganse en marcha detrás de ella.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

y mandaron al pueblo, diciendo: Cuando veáis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los levitas sacerdotes que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de ella,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

y dieron al pueblo las siguientes instrucciones: «Cuando vean a los sacerdotes levitas llevar el arca del pacto del Señor su Dios, dejen sus puestos y síganlos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

(TEXTO OMITIDO)

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La Biblia Textual 3a Edicion

y mandaron al pueblo, diciendo: Cuando veáis el Arca del Pacto de YHVH vuestro Dios y a los levitas sacerdotes que la cargan, vosotros partiréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de ella,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

y dieron al pueblo esta orden: 'Cuando veáis el arca de la alianza de Yahveh, vuestro Dios, llevada por los sacerdotes levitas, partiréis del lugar en que estáis acampados y os pondréis en marcha tras ella.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y mandaron al pueblo, diciendo: Cuando viereis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los sacerdotes y levitas que la llevan, vosotros partiréis de vuestro lugar, y marcharéis en pos de ella;

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Otras versiones



Josué 3:3
20 Referencias Cruzadas  

Apenas habían avanzado seis pasos los que llevaban el arca del Señor cuando David sacrificó un toro y un ternero engordado.


Colocaron el arca de Dios en una carreta nueva y la sacaron de la casa de Abinadab, que estaba situada en una colina. Uza y Ajío, hijos de Abinadab, guiaban la carreta nueva


Cuando llegaron todos los jefes de Israel, los sacerdotes alzaron el arca.


Tampoco a los sacerdotes levitas les faltará un descendiente que en mi presencia ofrezca holocausto, queme ofrendas de grano y presente sacrificios todos los días».


Los israelitas partieron de la montaña del Señor y anduvieron por espacio de tres días, durante los cuales el arca del pacto del Señor marchaba al frente de ellos para buscarles un lugar donde acampar.


»Cuando Aarón y sus hijos hayan terminado de cubrir el santuario y todos sus accesorios, los israelitas podrán ponerse en marcha. Entonces vendrán los coatitas para transportar el santuario, pero sin tocarlo para que no mueran. También transportarán los objetos que están en la Tienda de reunión.


Luego Jesús dijo a sus discípulos: —Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga.


Se acercó un maestro de la Ley y le dijo: —Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.


Luego dio esta orden a los levitas que transportaban el arca del pacto del Señor:


Moisés escribió esta ley y se la entregó a los sacerdotes levitas que transportaban el arca del pacto del Señor, y a todos los jefes de Israel.


Así sabrán por dónde ir, pues nunca antes han pasado por ese camino. Deberán, sin embargo, mantener dos mil codos de distancia entre ustedes y el arca; no se acerquen a ella».


Y a los sacerdotes les dijo: «Carguen el arca del pacto y pónganse al frente del pueblo». Los sacerdotes obedecieron y se pusieron al frente del pueblo.


Da la siguiente orden a los sacerdotes que llevan el arca del pacto: “Cuando lleguen a la orilla del Jordán, deténganse”».


Los sacerdotes que llevaban el arca permanecieron en medio del cauce hasta que los israelitas hicieron todo lo que el Señor había ordenado a Josué. Además, Josué siguió las instrucciones que Moisés le había dado. El pueblo se apresuró a cruzar el río


Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdotes y ordenó: «Carguen el arca del pacto del Señor y que siete de ustedes lleven trompetas y marchen frente a ella».


Estos no se contaminaron con mujeres, porque son vírgenes. Son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Fueron redimidos como los primeros frutos de la humanidad para Dios y el Cordero.


Los levitas que habían descargado la carreta pusieron el arca del Señor sobre la gran piedra, junto con la caja que contenía las figuras de oro. Aquel día los habitantes de Bet Semes ofrecieron holocaustos y sacrificios al Señor.