Hizo de mi boca una espada afilada y me escondió en la sombra de su mano; me convirtió en una flecha pulida y me escondió en su aljaba.
Jeremías 1:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Luego extendió el Señor la mano y, tocándome la boca, me dijo: «He puesto en tu boca mis palabras. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego el Señor extendió su mano, tocó mi boca y dijo: «¡Mira, he puesto mis palabras en tu boca! Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Yavé extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome: 'En este momento pongo mis palabras en tu boca. La Biblia Textual 3a Edicion Luego YHVH extendió su mano, y tocó mi boca, y me dijo YHVH: He aquí, pongo mis palabras en tu boca. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Luego Yahveh alargó su mano y, tocando mi boca, Yahveh me dijo: Mira que pongo mis palabras en tu boca. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jehová extendió su mano, y tocó sobre mi boca; y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. |
Hizo de mi boca una espada afilada y me escondió en la sombra de su mano; me convirtió en una flecha pulida y me escondió en su aljaba.
Mi Señor y Dios me ha concedido tener una lengua instruida, para sostener con mi palabra al fatigado. Todas las mañanas me despierta, y también me despierta el oído, para que escuche como los discípulos.
He puesto mis palabras en tu boca y te he cubierto con la sombra de mi mano. He establecido los cielos y afirmado la tierra y he dicho a Sión: “Tú eres mi pueblo”».
«En cuanto a mí —dice el Señor—, este es mi pacto con ellos: Mi Espíritu que está sobre ti y mis palabras que he puesto en tus labios, no se apartarán más de ti, ni de tus hijos ni de sus descendientes, desde ahora y para siempre», dice el Señor.
Por eso, así dice el Señor: «Si te arrepientes, yo te restauraré y podrás servirme. Si evitas hablar en vano, y dices palabras valiosas, tú serás mi portavoz. Que ellos se vuelvan hacia ti, pero tú no te vuelvas hacia ellos.
«Toma un rollo y escribe en él todas las palabras que desde los tiempos de Josías, desde que comencé a hablarte hasta ahora, te he dicho acerca de Israel, de Judá y de todas las naciones.
Por eso, así dice el Señor, el Dios de los Ejércitos: «Por cuanto el pueblo ha hablado de esa forma, mis palabras serán como fuego en tu boca, y este pueblo, como un montón de leña. Ese fuego los consumirá.
Luego me dijo: «Hijo de hombre, escucha bien todo lo que voy a decirte y atesóralo en tu corazón.
»En ese momento una mano me tocó y me puso sobre mis manos y rodillas, que aún temblaban,
Entonces alguien con aspecto humano tocó mis labios y yo los abrí; entonces comencé a hablar. Y dije al que estaba delante de mí: “Señor, por causa de esta visión me siento muy angustiado y sin fuerzas.
Entonces el Señor puso su palabra en boca de Balán y le dijo: —Vuelve adonde está Balac y repítele lo que te voy a decir.
Pero cuando los arresten, no se preocupen por lo que van a decir o cómo van a decirlo. En ese momento se les dará lo que han de decir,
Jesús lo apartó de la multitud para estar a solas con él, puso los dedos en sus oídos y tocó su lengua con saliva.
porque en ese momento el Espíritu Santo les enseñará lo que deben responder».
pues yo mismo les daré tal elocuencia y sabiduría para responder que ningún adversario podrá resistirles ni contradecirles.
Eso fue lo que pediste al Señor tu Dios en Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: «No quiero seguir escuchando la voz del Señor mi Dios ni volver a contemplar este enorme fuego, no sea que muera».
Por eso levantaré entre sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca y él les dirá todo lo que yo le mande.