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Jeremías 1:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

10 Mira, hoy te doy autoridad sobre naciones y reinos, para arrancar y derribar, para destruir y demoler, para construir y plantar».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Hoy te doy autoridad para que hagas frente a naciones y reinos. A algunos deberás desarraigar, derribar, destruir y derrocar; a otros deberás edificar y plantar».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 En este día te encargo los pueblos y las naciones: Arrancarás y derribarás, perderás y destruirás, edificarás y plantarás.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Mira, en este día te pongo sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para desolar y para derribar, para edificar y para plantar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Hoy te confío las naciones y los reinos para arrancar y arrasar, para destruir y derruir, para edificar y plantar.

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Jeremías 1:10
29 Referencias Cruzadas  

Y así como he estado vigilándolos para arrancar y derribar, para destruir y demoler, y para traer calamidad, así también habré de vigilarlos para construir y plantar», afirma el Señor.


Entonces las naciones que quedaron a su alrededor sabrán que yo, el Señor, reconstruí lo que estaba derribado y replanté lo que había quedado como desierto. Yo, el Señor, lo he dicho y lo cumpliré.


Los miraré favorablemente y los haré volver a esta tierra. Los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré.


»En aquel día »restauraré la casa caída de David. Repararé sus grietas, restauraré sus ruinas y la reconstruiré tal como era en días pasados,


En verdad, nada hace el Señor y Dios sin antes revelar sus planes a sus siervos los profetas.


¿No se cumplieron en sus antepasados las palabras y los estatutos que a mis siervos los profetas ordené comunicarles? »”Entonces ellos se volvieron al Señor y dijeron: ‘El Señor de los Ejércitos nos ha tratado tal y como había decidido hacerlo: conforme a lo que merecen nuestros caminos y nuestras acciones’ ”».


«Hijo de hombre, entona un lamento sobre las multitudes de Egipto y, junto con las ciudades de las naciones más poderosas, hazlas descender con los que bajan a la fosa, a las regiones más profundas.


Esta visión era semejante a la que tuve cuando él vino a destruir la ciudad de Jerusalén; también, a la que tuve junto al río Quebar. Y caí rostro en tierra,


Jehú dará muerte a cualquiera que escape de la espada de Jazael y Eliseo dará muerte a cualquiera que escape de la espada de Jehú.


Ahora bien, Elías, el de Tisbé de Galaad, fue a decirle a Acab: «Tan cierto como que vive el Señor, Dios de Israel, a quien yo sirvo, te aseguro que no habrá rocío ni lluvia en los próximos años, hasta que yo lo ordene».


«Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones».


«Haré que vengan sobre esa tierra todas las amenazas que anuncié, todo lo que está registrado en este libro y que Jeremías ha profetizado contra todas las naciones.


Todo el valle donde se arrojan los cadáveres y las cenizas, y todos los campos, hasta el arroyo de Cedrón y hasta la puerta de los Caballos, en la esquina oriental, estarán consagrados al Señor. ¡Nunca más la ciudad será arrancada ni derribada!».


«Toma un rollo y escribe en él todas las palabras que desde los tiempos de Josías, desde que comencé a hablarte hasta ahora, te he dicho acerca de Israel, de Judá y de todas las naciones.


Porque yo los estoy vigilando para mal y no para bien. La espada y el hambre acabarán con todos los judíos que viven en Egipto.


»Pero el Señor me pide decirte: “Voy a destruir lo que he construido y a arrancar lo que he plantado; es decir, arrasaré con toda esta tierra.


«Tú, hijo de hombre, traza dos caminos para que llegue por ellos la espada del rey de Babilonia. Estos dos caminos partirán del mismo país y a la entrada de cada uno de ellos colocarás una señal que indique a qué ciudad conduce.


El Señor me dijo: «Hijo de hombre, ¿juzgarás tú a Aholá y a Aholibá? ¡Échales en cara sus abominaciones!


Por eso los hice pedazos por medio de los profetas; los herí con las palabras de mi boca. ¡Mis juicios brillan como la luz!


tiempo para matar y tiempo para sanar; tiempo para destruir y tiempo para construir;


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