Éxodo 34:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 —Mira el pacto que hago ahora —respondió el Señor—. A la vista de todo tu pueblo haré maravillas que ante ninguna nación del mundo han sido realizadas. El pueblo en medio del cual vives verá las imponentes obras que yo, el Señor, haré por ti. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor respondió: —Escucha, yo hago un pacto contigo en presencia de todo tu pueblo. Realizaré milagros que jamás se han hecho en ningún lugar de la tierra ni en ninguna otra nación. Todos los que te rodean serán testigos del poder del Señor, el imponente despliegue de poder que yo haré por medio de ti. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé dijo: Ahora mismo quiero firmar una alianza: voy a realizar, delante de todo este pueblo, prodigios como no los hubo jamás en ningún país y para ningún pueblo. Y todo este pueblo que te rodea verá las obras de Yavé, pues serán cosas asombrosas las que haré contigo. La Biblia Textual 3a Edicion Y Él respondió: He aquí, Yo renuevo el pacto: Ante todo tu pueblo haré maravillas cuales nunca se han hecho en toda la tierra ni en ninguna nación. Y todo el pueblo en medio del cual tú estás, verá la obra de YHVH, porque terrible es lo que Yo voy a hacer contigo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondió Yahveh: 'Yo concluiré una alianza. Realizaré a la vista de todo el pueblo maravillas como jamás se han hecho en toda la tierra ni en nación alguna, para que todo el pueblo que te rodea vea la obra de Yahveh; porque es formidable lo que yo voy a hacer por medio de ti. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Él dijo: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo: haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna; y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa terrible la que yo haré contigo. |
¿Y qué nación se puede comparar con tu pueblo Israel? Es la única nación en la tierra que tú has redimido para hacerla tu propio pueblo y para dar a conocer tu nombre. Hiciste grandes y asombrosas maravillas cuando al paso de tu pueblo, al cual redimiste de Egipto, expulsaste a las naciones y a sus dioses.
Se hablará del poder de tus portentos y yo anunciaré la grandeza de tus obras.
Esto no lo ha hecho con ninguna otra nación; jamás han conocido ellas sus leyes. ¡Aleluya!
Tú, oh Dios y Salvador nuestro, nos respondes con asombrosas obras de justicia; tú eres la esperanza de los confines de la tierra y de los más lejanos mares.
Díganle a Dios: «¡Cuán imponentes son tus obras! Es tan grande tu poder que tus enemigos se rinden ante ti.
¡Vengan y vean las proezas de Dios, sus obras portentosas en nuestro favor!
En tu santuario, oh Dios, eres imponente; ¡el Dios de Israel da poder y fuerza a su pueblo! ¡Bendito sea Dios!
Bendito sea Dios el Señor, el Dios de Israel, el único que hace obras portentosas.
al que deja sin aliento a los gobernantes, al que es temido por los reyes de la tierra.
Tú eres el Dios que hace maravillas; el que despliega su poder entre los pueblos.
los milagros que hizo a la vista de sus antepasados en la tierra de Egipto, en la región de Zoán.
El Señor dijo a Moisés: —Pon estas palabras por escrito, pues en ellas se basa el pacto que ahora hago contigo y con Israel.
Y Moisés se quedó en el monte con el Señor cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber nada. Allí, en las tablas, escribió los términos del pacto, es decir, los diez mandamientos.
Hiciste maravillas asombrosas cuando descendiste; ante tu presencia temblaron las montañas.
Tú sacaste de Egipto a tu pueblo con gran despliegue de poder, señales milagrosas, prodigios y gran terror.
Él es el motivo de su alabanza; él es su Dios, el que hizo en su favor las grandes y asombrosas maravillas que ustedes mismos presenciaron.
¿Cómo podría un hombre perseguir a mil si su Roca no los hubiera vendido? ¿Cómo podrían dos hacer huir a diez mil si el Señor no los hubiera entregado?
Él les dio a conocer su pacto, los diez mandamientos, los cuales escribió en dos tablas de piedra y ordenó que los pusieran en práctica.
Tuve verdadero miedo del enojo y de la ira del Señor, pues a tal grado se indignó contra ustedes que quiso destruirlos. Sin embargo, el Señor me escuchó una vez más.
Entonces los sacerdotes tocaron las trompetas y la gente gritó a voz en cuello, ante lo cual las murallas de Jericó se derrumbaron. El pueblo avanzó sin detenerse y tomó la ciudad.