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Apocalipsis 18:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

En la medida en que ella se entregó a la vanagloria y al arrogante lujo denle tormento y aflicción; porque en su corazón se jacta: “Estoy sentada como reina; no soy viuda ni sufriré jamás”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ella se glorificó a sí misma y vivió rodeada de lujos, ahora denle la misma proporción de tormento y tristeza. Ella se jactó en su corazón, diciendo: “Soy reina en mi trono. No soy ninguna viuda indefensa ni tengo motivos para lamentarme”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Que sufra tantos tormentos y penas como fueron su orgullo y su lujo. Se dice a sí misma: '¡Domino como reina, no soy viuda, nunca conoceré el lamento.'''

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La Biblia Textual 3a Edicion

En la medida en que ella se glorificó y vivió en lujuria, así tanto dadle de tormento y llanto; pues dice en su corazón: Estoy sentada como° reina, y no soy viuda, y jamás veré duelo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Por todo cuanto se glorificó y se entregó al lujo, dadle otro tanto de tormento y llanto. Porque dice en su corazón: 'Estoy sentada como reina, no soy viuda y jamás veré el llanto'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Cuanto ella se ha glorificado, y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto.

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Otras versiones



Apocalipsis 18:7
16 Referencias Cruzadas  

—Ve de inmediato —dijo el rey a Amán—, toma la vestidura y el caballo, tal como lo has sugerido, y haz eso mismo con Mardoqueo, el judío que está sentado a la puerta del rey. No descuides ningún detalle de todo lo que has recomendado.


Y se dice a sí mismo: «Nada me hará caer jamás. Nadie me hará daño».


Entre tus damas de honor se cuentan princesas; a tu derecha se halla la novia real luciendo el oro de Ofir.


Di al rey y a la reina madre: «¡Humíllense, siéntense en el suelo, que ya no ostentan sobre su cabeza la corona de gloria!».


¡Cuán solitaria se encuentra la que fue ciudad populosa! ¡Tiene apariencia de viuda la que fue grande entre las naciones! ¡Hoy es esclava de las provincias la que fue gran señora entre ellas!


La beberás hasta la última gota, la romperás en mil pedazos y te desgarrarás los pechos, porque yo lo he dicho, afirma el Señor y Dios.


La soberbia de tu corazón te ha engañado. Como habitas en las hendiduras de las rocas, en la altura de tu morada, te engañas a ti mismo, diciendo: ¿Quién podrá arrojarme a tierra?


Esta es la ciudad alegre que habitaba segura, la que se decía a sí misma: «Yo y nadie más». ¡Cómo ha quedado convertida en espanto, en guarida de fieras! Todo el que pasa junto a ella se mofa y le hace gestos con las manos.


No incluyas en esa lista a las viudas más jóvenes, porque cuando sus pasiones las alejan de Cristo, les da por casarse.


Porque todas las naciones han bebido el excitante vino de su adulterio; los reyes de la tierra cometieron adulterio con ella y los comerciantes de la tierra se enriquecieron a costa de lo que ella despilfarraba en sus lujos».


Cuando los reyes de la tierra que cometieron adulterio con ella y compartieron su lujo vean el humo del fuego que la consume, llorarán de dolor por ella.