Dicho esto, Joab emprendió la marcha a Guesur y regresó a Jerusalén con Absalón.
1 Samuel 27:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Acostumbraba a salir en campaña con sus hombres para saquear a los guesureos, guirzitas y amalecitas, pueblos que durante mucho tiempo habían habitado la zona que se extiende hacia Sur y hasta el país de Egipto. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y subía David con sus hombres, y hacían incursiones contra los gesuritas, los gezritas y los amalecitas; porque estos habitaban de largo tiempo la tierra, desde como quien va a Shur hasta la tierra de Egipto. Biblia Nueva Traducción Viviente David y sus hombres pasaban su tiempo asaltando a los gesureos, a los gerzitas y a los amalecitas, pueblos que desde los tiempos antiguos vivían cerca de Shur, hacia la tierra de Egipto. Biblia Católica (Latinoamericana) David y sus hombres hicieron incursiones contra los guesuritas, los guergueseos y los amalecitas: esas tribus ocupan la región que se extiende desde Telam en dirección a Sur y al Egipto. La Biblia Textual 3a Edicion Y David subía con sus hombres, y despojaban a los gesuritas, a los gercitas y a los amalecitas, pues estos habitaban desde hacía tiempo en aquella tierra, en dirección a Shur, hasta la tierra de Egipto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 David y sus hombres subían y hacían incursiones contra los guesuritas, los guirzitas y los amalecitas, pues éstos habitaban la región que se extiende desde Telán, en dirección a Sur, hasta la tierra de Egipto. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y subía David con sus hombres, y hacían incursiones contra los gesuritas, y gezritas, y los amalecitas; porque estos habitaban la tierra desde tiempos antiguos, desde como quien va a Shur hasta la tierra de Egipto. |
Dicho esto, Joab emprendió la marcha a Guesur y regresó a Jerusalén con Absalón.
Y Absalón respondió: —Te pedí que fueras a ver al rey y le preguntaras para qué he vuelto de Guesur. ¡Más me habría valido quedarme allá! Voy a presentarme ante el rey y si soy culpable de algo, ¡que me mate!
Cuando vivía en Guesur de Aram, hice esta promesa: “Si el Señor me concede volver a Jerusalén, le ofreceré un sacrificio”.
Ahora bien, los soldados de David regresaban con Joab de una de sus campañas y traían un gran botín. Abner ya no estaba con David en Hebrón, pues David lo había despedido y él se había ido en paz.
el segundo, Quileab, hijo de Abigaíl, viuda de Nabal de Carmel; el tercero, Absalón, hijo de Macá, la hija del rey Talmay de Guesur;
Edom, Moab, Amón, Filistea y Amalec. También consagró el botín que había quitado a Hadad Ezer, hijo del rey Rejob de Sobá.
Pero Guesur y Aram le quitaron los poblados de Yaír y Quenat, y sus aldeas. En total, le quitaron sesenta pueblos. Todos estos fueron los descendientes de Maquir, padre de Galaad.
Moisés ordenó a los israelitas que partieran del mar Rojo y se internaran en el desierto de Sur. Y los israelitas anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.
Los amalecitas habitan el Néguev; los hititas, jebuseos y amorreos viven en la montaña, y los cananeos ocupan la zona costera y la ribera del río Jordán.
Entonces los amalecitas y los cananeos que vivían en esas montañas descendieron y los derrotaron, haciéndolos retroceder hasta Jormá.
Este rey gobernaba desde el monte Hermón, en Salcá, en toda la región de Basán, hasta la frontera de Guesur y de Macá, y en la mitad de Galaad, hasta la frontera del territorio de Sijón, rey de Hesbón.
Pero los israelitas no expulsaron de su territorio a los habitantes de Guesur y Macá, que hasta el día de hoy viven en territorio israelita.
»Esta es la tierra que aún falta por conquistar: »Todas las regiones de los filisteos y guesureos,
Los efraimitas no expulsaron a los cananeos que vivían en Guézer; les permitieron vivir entre ellos, como sucede hasta el día de hoy, pero los sometieron a la esclavitud.
Los de la tribu de Efraín tampoco pudieron expulsar a los cananeos que vivían en Guézer, de modo que los cananeos siguieron viviendo entre ellos.
Ante esto, Aquis llamó a David y dijo: —Tan cierto como que el Señor vive, tú eres un hombre honrado y me gustaría que me acompañaras en esta campaña. Desde el día en que llegaste, no he visto nada que me haga desconfiar de ti. Pero los jefes filisteos te miran con recelo.
Al tercer día David y sus hombres llegaron a Siclag, pero se encontraron con que los amalecitas habían invadido la región del Néguev y que, luego de atacar e incendiar a Siclag,