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Lucas 5:21 - Biblia Martin Nieto

Los maestros de la ley y los fariseos se dijeron: '¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?'.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces los fariseos y los maestros de la ley religiosa decían para sí: «¿Quién se cree que es? ¡Es una blasfemia! ¡Solo Dios puede perdonar pecados!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

De inmediato los maestros de la Ley y los fariseos empezaron a pensar: '¿Cómo puede blasfemar de este modo? ¿Quién puede perdonar los pecados fuera de Dios?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y los escribas y los fariseos comenzaron a razonar para sí: ¿Quién es éste que habla tales blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los escribas y los fariseos comenzaron a pensar: 'Pero ¿quién es éste, que está diciendo blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios solo?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a murmurar, diciendo: ¿Quién es Éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?

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Otras versiones



Lucas 5:21
23 Referencias Cruzadas  

Él te perdona todos tus delitos y te cura de tus enfermedades;


Pero en ti encontramos el perdón, por eso eres temido.


Te he confesado mi pecado y no oculté mi falta; yo dije: 'Confesaré mis faltas al Señor', y tú me has absuelto de todos mis delitos.


sean como paja al viento acosados por el ángel del Señor;


Venid, pues, y discutamos, dice el Señor. Aunque vuestros pecados sean como la grana, blanquearán como la nieve; si fueren rojos cual la púrpura, se volverán como la lana.


Soy yo, soy yo, quien tengo que borrar tus faltas y no acordarme de tus pecados.


He disipado como una nube tus delitos y como nublado tus pecados; vuélvete a mí, pues yo te he redimido.


¡Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor, atiende y actúa! ¡No tardes más, por amor de ti mismo, oh Dios mío!, pues tu nombre se invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo'.


Al Señor Dios nuestro la misericordia y el perdón, porque nos hemos rebelado contra él


y el que blasfeme el nombre del Señor será castigado con la muerte; toda la comunidad lo apedreará. El que blasfeme el nombre del Señor morirá, tanto el extranjero como el indígena.


Volverá a compadecerse de nosotros, pisoteará nuestros pecados, arrojará nuestras culpas al fondo del mar.


Entonces el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras y dijo: '¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Habéis oído la blasfemia.


Algunos maestros de la ley se dijeron: 'Éste blasfema'.


Demostrad con obras vuestro arrepentimiento, y no os pongáis a decir: Tenemos por padre a Abrahán; porque yo os digo que Dios puede sacar de estas piedras hijos de Abrahán.


Un día Jesús estaba enseñando. Estaban presentes unos fariseos y unos maestros de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea y de Judea y de Jerusalén. Jesús hacía curaciones con el poder del Señor.


Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: '¿Por qué pensáis así?


Los invitados comenzaron a decirse: '¿Quién es éste que hasta perdona los pecados?'.


Los judíos le contestaron: 'No te apedreamos por ninguna obra buena, sino por blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios'.


¿Quién podrá acusar a los hijos de Dios? Dios es el que absuelve.