1 Juan 2:3 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento) Estamos ciertos de que conocemos a Dios y guardamos sus mandamientos. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. Biblia Nueva Traducción Viviente Podemos estar seguros de que conocemos a Dios si obedecemos sus mandamientos. Biblia Católica (Latinoamericana) Vean cómo sabremos que lo conocemos: si cumplimos sus mandatos. La Biblia Textual 3a Edicion Y en esto sabemos que lo hemos conocido: si guardamos sus mandamientos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y en esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. |
Como el Padre me ama a mí, así os amo yo a vosotros. Permaneced en mi amor.
(Y la vida eterna consiste en que te reconozcan a ti como único Dios verdadero, y a Jesucristo como tu enviado.)
Pues el mismo Dios que dijo: Resplandezca la luz desde el seno de las tinieblas, la ha hecho resplandecer en nuestros corazones, dándonos a conocer por ella la gloria de Dios reflejada en el rostro de Cristo.
Alcanzada así la perfección, se ha convertido en fuente de salvación eterna para cuantos le obedecen
Os escribo a vosotros, los mayores, porque conocéis al que existe desde siempre. Y a vosotros, los jóvenes, porque habéis vencido al maligno.
Bástenos saber que, amando a nuestros hermanos, hemos pasado de la muerte a la vida. En cambio el que no ama sigue muerto.
Esta será la señal de que militamos en las filas de la verdad y de que podemos sentirnos seguros en presencia de Dios:
Quien vive unido a Cristo no comete pecado; quien sigue pecando, es que no ha visto ni conocido a Cristo.
Estamos seguros de que vivimos en Dios y Dios vive en nosotros, porque nos ha hecho partícipes de su Espíritu.
Queridos hijos, Dios es la fuente del amor: amémonos, pues, unos a otros. El que ama es hijo de Dios y conoce a Dios.
Sabemos también que somos de Dios, mientras que el mundo entero está sometido al maligno.
Y conocemos que estamos amando a los hijos de Dios, cuando de veras amamos a Dios cumpliendo sus mandamientos,
puesto que amar a Dios consiste en cumplir sus mandamientos. No se trata, por lo demás, de preceptos insoportables,
¡Ha sonado la hora de poner a prueba la firmeza de los consagrados a Dios, de los que cumplen los mandamientos de Dios y son fieles a Jesús!
¡Dichosos los que han decidido lavar sus vestiduras para tener acceso al árbol de la vida y poder entrar por las puertas de la ciudad!