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1 Juan 2:2 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

2 Porque Jesucristo murió para que nuestros pecados sean perdonados; y no sólo los nuestros, sino también los del mundo entero.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Él mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados, y no solo los nuestros sino también los de todo el mundo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 El es la víctima por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 el cual es también la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Él es sacrificio de purificación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

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1 Juan 2:2
17 Referencias Cruzadas  

Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado a su Hijo para salvar al mundo.


También Cristo murió por los pecados, una vez por todas, el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios. Como mortal, sufrió la muerte; como espiritual fue devuelto a la vida.


¿Qué dónde radica el amor? No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que nos alcanzase el perdón de nuestros pecados.


Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: - Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.


Cristo subió al madero cargando sobre sí nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos con toda rectitud. Habéis sido, pues, salvados a costa de sus heridas;


decían a la mujer: - Ya no creemos en él por lo que tú nos dijiste, sino porque nosotros mismos le hemos oído, y estamos convencidos de que él es verda- deramente el salvador del mundo.


Pero, si vivimos en la luz, como él vive en la luz, entonces todos participamos de la misma vida, y la muerte de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.


Y seré yo quien, una vez que haya sido elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.


Sabemos también que somos de Dios, mientras que el mundo entero está sometido al maligno.


Mientras tanto resonó en el cielo una voz poderosa que decía: - Ya está aquí la salvación, y el poder, y el reino de nuestro Dios; ya está aquí la soberanía de su Cristo. Ha sido reducido a la impotencia el que día y noche acusaba a nuestros hermanos delante de nuestro Dios.


Por ello tenía que ser en todo semejante a sus hermanos. ¿Cómo, si no, podría llegar a ser un sacerdote compasivo y fiel en las cosas que se refieren a Dios y alcanzar el perdón de los pecados del pueblo?


Y sabéis que Jesucristo, estando limpio de pecado, vino a borrar nuestros pecados.


El criado volvió y le dijo: 'He hecho lo que me ordenaste y aún quedan lugares vacíos.'


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