Cuando Adán llegó a la edad de ciento treinta años, tuvo un hijo a su imagen y semejanza, y lo llamó Set.
Juan 3:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Biblia Nueva Traducción Viviente El ser humano solo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo. Biblia Católica (Latinoamericana) Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espíritu es espíritu. La Biblia Textual 3a Edicion Lo que ha nacido de la carne, carne es; y lo que ha nacido del Espíritu, espíritu es. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Lo nacido de la carne, carne es; y lo nacido del Espíritu, espíritu es. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. |
Cuando Adán llegó a la edad de ciento treinta años, tuvo un hijo a su imagen y semejanza, y lo llamó Set.
Al ver el Señor que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal,
¿Quién de la inmundicia puede sacar pureza? ¡No hay nadie que pueda hacerlo!
¿Cómo puede el hombre declararse inocente ante Dios? ¿Cómo puede alegar pureza quien ha nacido de mujer?
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu.
Estos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios.
Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo.
¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor! En conclusión, con la mente yo mismo me someto a la ley de Dios, pero mi naturaleza pecaminosa está sujeta a la ley del pecado.
Porque, cuando nuestra naturaleza pecaminosa aún nos dominaba, las malas pasiones que la ley nos despertaba actuaban en los miembros de nuestro cuerpo, y dábamos fruto para muerte.
Porque, si vivís conforme a ella, moriréis; pero, si por medio del Espíritu dais muerte a los malos hábitos del cuerpo, viviréis.
Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!
Los que son de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos.
En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos. Como los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de Dios.
Además, en él fuisteis circuncidados, no por mano humana, sino con la circuncisión que consiste en despojarse del cuerpo pecaminoso. Esta circuncisión la efectuó Cristo.
Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios permanece en él; no puede practicar el pecado, porque ha nacido de Dios.