Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: «No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y muy grande será tu recompensa».
2 Samuel 22:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite! Él es mi protector y mi salvador. ¡Tú me salvaste de la violencia! Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste. Biblia Nueva Traducción Viviente mi Dios es mi roca, en quien encuentro protección. Él es mi escudo, el poder que me salva y mi lugar seguro. Él es mi refugio, mi salvador, el que me libra de la violencia. Biblia Católica (Latinoamericana) El es mi roca, en él me refugio.
Es mi escudo, mi salvación,
mi ciudadela y mi refugio:
mi salvador me salva de la violencia. La Biblia Textual 3a Edicion Dios es mi Roca, en Él me refugiaré; Mi escudo, y el cuerno de mi salvación, Mi alto refugio, y mi Salvador. De la violencia me libraste. Biblia Serafín de Ausejo 1975 mi roca, mi torreón y mi refugio, él es mi escudo y mi fuerza salvadora, mi Dios y el fortín a que me acojo, mi escudo, mi defensa y mi castillo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Dios es mi Roca, en Él confiaré; mi escudo, y el cuerno de mi salvación, mi fortaleza alta y mi refugio; mi Salvador, tú me libras de violencia. |
Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: «No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y muy grande será tu recompensa».
»El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian.
Tú me libras de mis enemigos, me exaltas por encima de mis adversarios, me salvas de los hombres violentos.
»El Señor da grandes victorias a su rey; a su ungido David y a sus descendientes les muestra por siempre su gran amor».
El Dios de Israel habló, la Roca de Israel me dijo: “El que gobierne a la gente con justicia, el que gobierne en el temor de Dios,
Que no eche raíces en la tierra la gente de lengua viperina; que la calamidad persiga y destruya a la gente que practica la violencia.
Señor, protégeme del poder de los impíos; protégeme de los violentos, de los que piensan hacerme caer.
Mira a mi derecha, y ve: nadie me tiende la mano. No tengo dónde refugiarme; por mí nadie se preocupa.
Él es mi Dios amoroso, mi amparo, mi más alto escondite, mi libertador, mi escudo, en quien me refugio. Él es quien pone los pueblos a mis pies.
El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!
Porque en el día de la aflicción él me resguardará en su morada; al amparo de su tienda me protegerá, y me pondrá en alto, sobre una roca.
El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias.
Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza!
Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación. Selah
Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia.
El Señor Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah
Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar;
El Señor Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah
Porque tú, Señor, bendices a los justos; cual escudo los rodeas con tu buena voluntad.
¡Destrúyelos, Señor! ¡Confunde su lengua! En la ciudad solo veo contiendas y violencia;
Pero yo le cantaré a tu poder, y por la mañana alabaré tu amor; porque tú eres mi protector, mi refugio en momentos de angustia.
Los librará de la opresión y la violencia, porque considera valiosa su vida.
El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor brinda generosamente su bondad a los que se conducen sin tacha.
Gente altanera me ataca, oh Dios; una banda de asesinos procura matarme. ¡Son gente que no te tiene en cuenta!
En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan.
El Señor es refugio de los oprimidos; es su baluarte en momentos de angustia.
El Señor es mi fuerza y mi cántico; él es mi salvación. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo enalteceré.
Torre inexpugnable es el nombre del Señor; a ella corren los justos y se ponen a salvo.
»Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio.
¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!»
Cada uno será como un refugio contra el viento, como un resguardo contra la tormenta; como arroyos de agua en tierra seca, como la sombra de un peñasco en el desierto.
Declarad y presentad vuestras pruebas, deliberad juntos. ¿Quién predijo esto hace tiempo, quién lo declaró desde tiempos antiguos? ¿Acaso no lo hice yo, el Señor? Fuera de mí no hay otro Dios; Dios justo y Salvador, no hay ningún otro fuera de mí.
Señor, fuerza y fortaleza mía, mi refugio en el día de la angustia: desde los confines de la tierra vendrán a ti las naciones, y dirán: «Solo mentira heredaron nuestros antepasados; heredaron lo absurdo, lo que no sirve para nada.
Porque así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: Voy a poner fin en este lugar a toda expresión de alegría y de regocijo, y al cántico del novio y de la novia. Esto sucederá en vuestros propios días, y vosotros lo veréis.
para librarnos de nuestros enemigos y del poder de todos los que nos aborrecen;
Y les dirá: “¿Dónde están ahora sus dioses, la roca en la cual se refugiaron?
Él es la Roca, sus obras son perfectas, y todos sus caminos son justos. Dios es fiel; no practica la injusticia. Él es recto y justo.
¡Sonríele a la vida, Israel! ¿Quién como tú, pueblo rescatado por el Señor? Él es tu escudo y tu ayuda; él es tu espada victoriosa. Tus enemigos se doblegarán ante ti; sus espaldas te servirán de tapete».
el cual fue derramado abundantemente sobre nosotros por medio de Jesucristo nuestro Salvador.
En otra parte dice: «Yo confiaré en él». Y añade: «Aquí me tenéis, con los hijos que Dios me ha dado».
Ana elevó esta oración: «Mi corazón se alegra en el Señor; en él radica mi poder. Puedo celebrar tu salvación y burlarme de mis enemigos.
»Nadie es santo como el Señor; no hay roca como nuestro Dios. ¡No hay nadie como él!