Nuestra ciudad es la más pacífica y fiel del país, y muy importante en Israel; tú, sin embargo, intentas arrasarla. ¿Por qué quieres destruir la heredad del Señor?
2 Samuel 21:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 y les preguntó: ―¿Qué queréis que haga por vosotros? ¿Cómo puedo reparar el mal que se os ha hecho, de modo que bendigáis al pueblo que es herencia del Señor? Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué haré por vosotros, o qué satisfacción os daré, para que bendigáis la heredad de Jehová? Biblia Nueva Traducción Viviente David les preguntó: —¿Qué puedo hacer por ustedes? ¿Cómo puedo compensarlos para que ustedes vuelvan a bendecir al pueblo del Señor? Biblia Católica (Latinoamericana) y les dijo: '¿Qué tenemos que hacer como reparación para que ustedes bendigan la herencia de Yavé?' La Biblia Textual 3a Edicion Dijo pues David a los gabaonitas: ¿Qué puedo hacer por vosotros, y con qué os haré compensación para que bendigáis la heredad de YHVH? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo, pues, David a los gabaonitas: '¿Qué queréis que haga por vosotros? ¿Qué expiación puedo ofrecer para que vosotros bendigáis la heredad de Yahveh?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué haré por vosotros, y con qué haré compensación, para que bendigáis a la heredad de Jehová? |
Nuestra ciudad es la más pacífica y fiel del país, y muy importante en Israel; tú, sin embargo, intentas arrasarla. ¿Por qué quieres destruir la heredad del Señor?
Al día siguiente, Moisés les dijo a los israelitas: «Habéis cometido un gran pecado. Pero voy a subir ahora para reunirme con el Señor, y tal vez logre yo que Dios os perdone vuestro pecado».
Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima, la cual le será aceptada en su lugar y le servirá de propiciación.
Pero el mar se iba enfureciendo más y más, así que le preguntaron: ―¿Qué vamos a hacer contigo para que el mar deje de azotarnos?
De hecho, la ley exige que casi todo sea purificado con sangre, pues sin derramamiento de sangre no hay perdón.
Si alguien peca contra otra persona, Dios le servirá de árbitro; pero, si peca contra el Señor, ¿quién podrá interceder por él?» No obstante, ellos no hicieron caso a la advertencia de su padre, pues la voluntad del Señor era quitarles la vida.
Te ruego que escuches mis palabras. Si quien te mueve en contra mía es el Señor, una ofrenda bastará para aplacarlo. Pero, si son los hombres, ¡que el Señor los maldiga! Hoy me expulsan de esta tierra, que es la herencia del Señor, y me dicen: “¡Vete a servir a otros dioses!”