Al acercarse a la frontera de Egipto, Abram le dijo a su esposa Sarai: «Mira, tú eres una mujer hermosa.
2 Samuel 11:2 - Biblia Nueva Traducción Viviente Una tarde, después del descanso de mediodía, David se levantó de la cama y subió a caminar por la azotea del palacio. Mientras miraba hacia la ciudad, vio a una mujer de belleza singular que estaba bañándose. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Biblia Católica (Latinoamericana) Una tarde en que David se había levantado de su siesta y daba un paseo por la terraza, divisó desde lo alto de la terraza a una mujer que se estaba bañando; la mujer era muy hermosa. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucedió que a la hora de la tarde, David se levantó de su lecho y se paseaba por el terrado de la casa real, y desde el terrado vio a una mujer bañándose, y la mujer era muy hermosa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Una tarde, David se levantó de su lecho y se puso a pasear por la terraza del palacio real, cuando vio desde la terraza a una mujer que se estaba bañando, la cual era por cierto muy hermosa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y sucedió que levantándose David de su cama a la hora de la tarde, se paseaba por el terrado de la casa real, cuando vio desde el terrado a una mujer que se estaba lavando, la cual era muy hermosa. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Una tarde, después de haber descansado un poco, David se levantó y comenzó a pasear por la azotea de su palacio. De pronto, vio que una mujer muy hermosa se estaba bañando. |
Al acercarse a la frontera de Egipto, Abram le dijo a su esposa Sarai: «Mira, tú eres una mujer hermosa.
La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió.
Cuando el príncipe del lugar, Siquem, hijo de Hamor el heveo, vio a Dina, la tomó a la fuerza y la violó.
Pues Potifar le dio a José total y completa responsabilidad administrativa sobre todas sus posesiones. Con José a cargo, Potifar no se preocupaba por nada, ¡excepto qué iba a comer! José era un joven muy apuesto y bien fornido,
Los hijos de Dios vieron a las hermosas mujeres y tomaron como esposas a todas las que quisieron.
Ahora bien, Absalón, hijo de David, tenía una hermana muy hermosa llamada Tamar; y Amnón, su medio hermano, se enamoró perdidamente de ella.
Cierto día, Recab y Baana, los hijos de Rimón de Beerot, fueron a la casa de Is-boset cerca del mediodía mientras él dormía la siesta.
Entraron en la casa y encontraron a Is-boset dormido en su cama. Lo golpearon, lo mataron y le cortaron la cabeza. Luego tomaron la cabeza y huyeron durante la noche a través del valle del Jordán.
»Hice un pacto con mis ojos, de no mirar con codicia sexual a ninguna joven.
El encanto es engañoso, y la belleza no perdura, pero la mujer que teme al Señor será sumamente alabada.
Cruzaba la calle cercana a la casa de una mujer inmoral y se paseaba frente a su casa.
Efectivamente, todas las casas de Jerusalén —incluso el palacio de los reyes de Judá— quedarán como Tofet, es decir, todas las casas donde quemaron incienso en las azoteas en honor a los astros como si fueran dioses o donde derramaron ofrendas líquidas a sus ídolos’”».
Lo que ahora les digo en la oscuridad, grítenlo por todas partes cuando llegue el amanecer. Lo que les susurro al oído, grítenlo desde las azoteas, para que todos lo escuchen.
Pero yo digo que el que mira con pasión sexual a una mujer ya ha cometido adulterio con ella en el corazón.
Al día siguiente, mientras los mensajeros de Cornelio se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar. Era alrededor del mediodía,
»Cuando edifiques una casa nueva, debes construir una reja alrededor de la azotea. De ese modo, si alguien se cae del techo, nadie podrá culparte de su muerte.
»No codicies la esposa de tu prójimo. Tampoco codicies la casa de tu prójimo ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su burro, ni ninguna otra cosa que le pertenezca.
El fin del mundo se acerca. Por consiguiente, sean serios y disciplinados en sus oraciones.
Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo;
Cuando bajaron del lugar de adoración y regresaron a la ciudad, Samuel llevó a Saúl a la azotea de la casa y allí le preparó una cama.