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1 Juan 4:18 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

En la caridad no hay temor; mas la perfecta caridad echa fuera el temor; porque el temor tiene pena; de donde el que teme, no está completo en caridad.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

En esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor, pues hay temor donde hay castigo. Quien teme no conoce el amor perfecto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

En el amor no hay temor, antes bien, el perfecto amor echa afuera el temor, pues el temor lleva en sí mismo castigo,° de donde el que teme no ha sido perfeccionado en el amor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No hay temor en el amor; sino que el amor perfecto echa fuera el temor, porque el temor supone castigo, y el que teme no es perfecto en el amor.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

En el amor no hay temor; mas el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor conlleva castigo. Y el que teme no ha sido perfeccionado en el amor.

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Otras versiones



1 Juan 4:18
11 Referencias Cruzadas  

Estruendos espantosos hay en sus oídos; en la paz le vendrá quién lo asuele.


Mi carne se ha estremecido por temor de ti; y de tus juicios tengo miedo.


¡Cómo han sido asolados! ¡Cuán en un punto! Se acabaron, fenecieron con turbaciones.


Mas los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.


Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar (otra vez) en temor; mas habéis recibido el Espíritu de adopción (de hijos), por el cual clamamos, ¡Abba, Padre!


Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza.


Así que, tomando el Reino inmóvil, retengamos la gracia por la cual sirvamos a Dios, agradándole con temor y reverencia.


Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.


Ninguno vio jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su caridad es completada en nosotros;