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Categorías: Crecimiento personal

Signos de tener un espíritu religioso

En este artículo se utiliza el término «religión» para referirse al esfuerzo humano de intentar agradar a Dios por medio de las obras. Es muy fácil confundir el ser religioso con tener una verdadera relación con Dios. Todas las religiones del mundo se basan en el intento del hombre por alcanzar a Dios; sin embargo, el cristianismo se trata de una relación genuina con Él (2 Corintios 13:14).

Por desgracia, es fácil sustituir, sin darnos cuenta, esa preciosa relación con Cristo por un espíritu religioso (una actitud o estilo de vida externo), que nace de la naturaleza humana pecaminosa. El propósito de esta reflexión no es condenar ni juzgar a nadie, sino ayudarnos a examinar nuestro propio corazón a la luz de la Palabra. Recordemos lo que dijo Jesús:

Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí Mateo 15:8.

Diez signos de tener un espíritu religioso

  1. Juzgar a otros por su apariencia. Dios mira el corazón, no la apariencia externa (1 Samuel 16:7). En muchas iglesias se han rechazado personas por su manera de vestir o por tener tatuajes o piercings. Aunque los creyentes maduros deben procurar la modestia, nunca debemos impedir que otros se acerquen a Cristo por cuestiones externas.
  2. Intentar ganar el amor y la salvación de Dios. La salvación no es por obras, sino por gracia mediante la fe en Cristo (Efesios 2:8-9).
  3. Buscar santidad exterior sin transformación interna. Dios desea verdad en lo íntimo (Salmos 51:6). Tener una forma de piedad sin poder es negar la obra del Espíritu Santo (2 Timoteo 3:5). Jesús reprendió a los fariseos por limpiar lo de afuera y descuidar el corazón (Mateo 23).
  4. Ser crítico constante con otros creyentes. Los religiosos suelen ser severos con los demás porque viven bajo condenación. Pero la Palabra dice:

No juzguéis, para que no seáis juzgados Mateo 7:1.

5. Relaciones basadas solo en actividades de la iglesia.Cuando las amistades se sostienen solo por ministerios o actividades, falta la conexión genuina de corazón a corazón en el amor de Cristo.

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6. Cumplir deberes cristianos sin pasión por Dios.Se puede asistir a la iglesia y servir, pero sin hambre de Dios. Jesús prometió bienaventuranza a los que “tienen hambre y sed de justicia” (Mateo 5:6).

7. Desear títulos y posiciones más que la aprobación de Dios.Muchos buscan reconocimiento humano antes que la honra que viene del Padre. Pero Jesús dijo:

El que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido” (Lucas 14:11).

8. Basar la identidad en un estilo de vida cristiano, no en Cristo.El verdadero creyente encuentra su identidad en ser hijo de Dios (Romanos 8:16), no en actividades ni títulos.

9. Conocer sobre Jesús, pero no vivir el camino de Jesús. La fe no es solo doctrina en la mente, sino relación con Dios. Jesús dijo:

Yo soy el camino, la verdad y la vida Juan 14:6.

10. Aparentar justicia, pero vivir con ira y resentimiento.Algunos saben hablar como cristianos, pero en su interior hay amargura y envidia. Esto refleja hipocresía, como los fariseos que eran sepulcros blanqueados Mateo 23:27.

Conclusión

Todos en algún momento podemos caer en estas actitudes religiosas. La buena noticia es que Dios nos llama a ir más profundo en Su gracia, a descansar en el amor de Cristo y a vivir en la libertad del Espíritu. La vida cristiana no es un esfuerzo humano, sino la obra de Cristo en nosotros:

Es necesario que Él crezca, pero que yo mengüe Juan 3:30.

Reflexión final

No se trata de ser religioso, sino de ser transformado por Jesús. La verdadera fe no está en reglas externas, sino en una relación viva con el Salvador. Que cada día podamos acercarnos a Dios con un corazón sincero, y no solo con una apariencia externa. Cristo no busca perfección fingida, sino corazones rendidos a Él.

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