Que bueno es saber que a pesar de los golpes que nos puede dar la vida, tenemos y contamos con el poder de Dios en nuestras vidas. Los hijos de Dios nunca estamos solos ante ninguna circunstancia, Dios está presente siempre, el Señor va delante de ti peleando tus batallas y llenándote de su poder para que obtengas la victoria en esa situación que estás atravesando. En (2 Corintios 12:9-10) Dios te dice que te bastes en su gracia porque su poder se perfecciona en tu debilidad, es hermoso saber que en medio de eso que vives, tus problemas, tu debilidad, Dios está allí perfeccionando su poder en tu vida. Dios nos reviste de su poder (Lucas 24:49) Y he aquí, yo enviaré sobre vosotros la promesa de mi Padre; pero vosotros, permaneced en la ciudad hasta que seáis investidos con poder de lo alto. Contamos con un Dios todo poderoso, para Dios no hay nada imposible él puede hacer lo que sea, confía en él y Dios obrará en tu vida.
Al llegar el día de Pentecostés estaban todos reunidos en el mismo lugar cuando de repente vino del cielo un estruendo como de viento que irrumpe impetuoso y llenó toda la casa donde estaban.
Y vieron que sobre cada uno de ellos se posaban sendas lenguas como de fuego. Todos ellos se sintieron llenos de Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diversas lenguas, según como el Espíritu les concedía expresarse.
Mientras así oraban, retembló el lugar donde estaban reunidos y, llenos todos del Espíritu Santo, proclamaban con valentía la palabra de Dios.
sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros y seréis testigos míos en Jerusalén y en toda Judea y Samaría y hasta los confines de la tierra'.
Oíd, israelitas, estas palabras: a Jesús de Nazaret, hombre acreditado por Dios ante vosotros con milagros, prodigios y señales que por él realizó Dios entre vosotros, como bien sabéis; a éste, entregado según el plan definido y el previo designio de Dios, vosotros, crucificándolo por manos de paganos, lo quitasteis de en medio. Pero Dios lo resucitó rompiendo las ataduras de la muerte, pues no era posible que la muerte lo retuviera en su poder.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, él os lo enseñará todo, y os recordará cuanto os he dicho yo'
Y en cuanto comencé yo a hablar, descendió el Espíritu Santo sobre ellos, como al principio sobre nosotros.
Porque David dice a propósito de él: Yo veía al Señor delante de mí continuamente, porque está a mi derecha para que yo no vacile. Por ello se alegró mi corazón y estalló en cánticos mi lengua. Y hasta mi carne reposa en la esperanza de que no abandonarás mi alma al Hades, ni dejarás que tu consagrado experimente corrupción. Me diste a conocer caminos de vida, me henchirás de delicias junto a ti.
Pedro les respondió: 'Convertíos, y que cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo para remisión de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo;
Al oír esto, se dolieron de corazón y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: '¿Qué tendríamos que hacer, hermanos?'. Pedro les respondió: 'Convertíos, y que cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo para remisión de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo; porque esta promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos cuantos, estando lejos, el Señor nuestro Dios se dignare llamar'.
Cuando se derrame sobre nosotros el espíritu de lo alto, el desierto será un vergel, y el vergel parecerá un bosque:
Elevado a la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, lo ha derramado. Y eso es lo que vosotros estáis viendo y oyendo.
cuando de repente vino del cielo un estruendo como de viento que irrumpe impetuoso y llenó toda la casa donde estaban.
En el curso de una comida, les ordenó que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre, 'de la que me habéis oído hablar; porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en Espíritu Santo dentro de no muchos días'.
De igual manera, también el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad. Porque no sabemos qué debemos pedir cuando oramos; sin embargo, el Espíritu mismo intercede con gemidos intraducibles en palabras.
Todos ellos se sintieron llenos de Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diversas lenguas, según como el Espíritu les concedía expresarse.
y la esperanza no decepciona, porque se ha derramado en nuestros corazones el amor de Dios por medio del Espíritu Santo que nos ha sido dado.
Y mirad: yo voy a enviar sobre vosotros lo prometido por mi Padre. Vosotros, pues, permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de fuerza desde lo alto'.
Yo rogaré al Padre y él os dará otro Paráclito, que estará con vosotros para siempre: el Espíritu de la verdad a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Vosotros lo conocéis, porque con vosotros permanece y en vosotros estará.'
porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en Espíritu Santo dentro de no muchos días'.
Los que aceptaron su palabra se bautizaron. Y se les agregaron aquel día cerca de tres mil personas.
Testigos de estas cosas somos nosotros y el Espíritu Santo que Dios ha concedido a los que le obedecen'.
Pero vosotros no vivís según la carne, sino según el espíritu, puesto que el Espíritu de Dios habita en vosotros. Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, este tal no pertenece a Cristo. En cambio, si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo haya muerto por causa del pecado, el Espíritu tiene vida por causa de la justicia. Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo dará vida también a vuestros cuerpos mortales por medio de ese Espíritu suyo que habita en vosotros.
Por el contrario, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, comprensión, paciencia, bondad, fidelidad, mansedumbre, autodominio. Contra tales cosas no hay ley.
Y sucederá en los últimos días -dice Dios- que derramaré mi espíritu sobre toda carne. Profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, y vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños.
Y sobre mis siervos y mis siervas, en aquellos días, derramaré mi espíritu y profetizarán.
Haré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra: sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes de que llegue el día del Señor, día grande y esplendoroso; y sucederá que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.
Derramaré agua sobre el sediento suelo, arroyos sobre el sequedal; derramaré mi espíritu sobre tu estirpe y mi bendición sobre tus vástagos:
El temor se apoderaba de todos, porque los apóstoles realizaban muchos prodigios y señales.
Arrepentíos, pues, y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, para que lleguen, de parte del Señor, los tiempos del consuelo y él os envíe al Mesías que os estaba destinado, es decir, Jesús,
Todavía estaba Pedro diciendo estas cosas cuando descendió el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban la palabra. Y se maravillaron los creyentes de origen judío que habían venido con Pedro de que también sobre los gentiles se hubiera derramado el don del Espíritu Santo; porque los oían hablar en lenguas y alabar la grandeza de Dios. Dijo entonces Pedro:
Y en cuanto comencé yo a hablar, descendió el Espíritu Santo sobre ellos, como al principio sobre nosotros. Recordé entonces la palabra del Señor cuando decía: 'Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados en Espíritu Santo'.
Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones altas, llegó a Éfeso y encontró algunos discípulos, a los cuales preguntó: '¿Habéis recibido el Espíritu Santo al abrazar la fe?'. Ellos le respondieron: 'Ni siquiera hemos oído que el Espíritu Santo exista'. Preguntóles de nuevo: 'Pues, ¿con qué bautismo habéis sido bautizados?'. Respondieron: 'Con el bautismo de Juan'. Dijo Pablo: 'Juan bautizó con bautismo de conversión, diciendo al pueblo que creyeran en el que venía detrás de él, es decir, en Jesús'. Al oírlo, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús. Pablo les impuso las manos y entonces vino sobre ellos el Espíritu Santo, hablaban en lenguas y profetizaban.
De igual manera, también el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad. Porque no sabemos qué debemos pedir cuando oramos; sin embargo, el Espíritu mismo intercede con gemidos intraducibles en palabras. Pero aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el anhelo del Espíritu, porque éste intercede, según el querer de Dios, por los a él consagrados.
Ahora bien, nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos las gracias que Dios nos ha concedido.
Y prueba de que sois hijos es que Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: ¡ Abbá, Padre!
En él también vosotros, después de haber oído la palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra salvación; en él también, después de haber creído, habéis sido sellados con el Espíritu Santo de la promesa, el cual es arras de nuestra herencia, para la redención del pueblo que Dios adquirió para sí, para alabanza de su gloria.
porque por medio de él los unos y los otros tenemos acceso, en un solo Espíritu, al Padre.
para que os conceda, según la riqueza de su gloria, ser poderosamente fortalecidos por la acción de su Espíritu en vuestro interior;
Y no disgustéis al Espíritu Santo de Dios, en el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
Pues yo sé que esto servirá para mi salvación, gracias a vuestras oraciones y a la asistencia del Espíritu de Jesucristo,
al que Dios ha querido dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo entre vosotros, la esperanza de la gloria.
Por consiguiente, quien esto menosprecia, no menosprecia a un hombre, sino a Dios, que dispensa [también] su Espíritu Santo entre vosotros.
y el mismo Dios abonaba su testimonio con señales prodigios y con toda suerte de milagros y dones de Espíritu Santo, repartidos según su voluntad.
Así lo testifica también el Espíritu Santo; porque, después de haber dicho: Ésta será la alianza que sellaré con ellos después de aquellos días -dice el Señor-: mis leyes pondré en su corazón y las escribiré en su conciencia, añade: Y de sus pecados y sus iniquidades no me acordaré ya jamás.
El que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.
Y es Dios, que nos mantiene firmes en Cristo tanto a nosotros como a vosotros, quien nos ungió, nos marcó con su sello y puso en nuestros corazones la fianza del Espíritu.
Y esto, para que la bendición de Abrahán llegue en Cristo Jesús a los gentiles, a fin de que por medio de la fe recibamos la promesa del Espíritu.
en el cual también vosotros sois edificados juntamente, hasta formar el edificio de Dios en el Espíritu.
A aquel que tiene poder sobre todas las cosas y puede hacer incomparablemente más de lo que pedimos o pensamos, según el poder que actúa en nosotros,
Si hay, pues, un estímulo en Cristo, un aliento de amor, una comunicación de Espíritu, una entrañable ternura y compasión,
Y que la paz de Cristo ponga orden como árbitro en vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados en un solo cuerpo. Sed agradecidos.
En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha dado su Espíritu.
Y dicho esto, fue elevado a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos. Estaban ellos mirando atentamente al cielo mientras se iba cuando de pronto se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: 'Hombres de Galilea, ¿qué hacéis ahí parados mirando al cielo? Este mismo Jesús que os ha sido arrebatado al cielo volverá de la misma manera que le habéis visto irse al cielo'.
Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y con María, la madre de Jesús, y sus hermanos.
alababan a Dios y tenían el favor de todo el pueblo. Y el Señor agregaba día tras día a la comunidad a los que obtenían la salvación.
Pedro le dijo: 'Ni plata ni oro tengo; pero lo que tengo, eso te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, anda'. Y tomándolo por la mano derecha, lo levantó. Al instante se fortalecieron sus pies y sus tobillos y, dando un salto, se puso en pie y echó a andar. Entró con ellos al templo caminando, dando saltos y alabando a Dios.
Pues por la fe en su nombre, a éste, a quien veis y conocéis, ese nombre le ha fortalecido. Ha sido la fe que por él se nos da la que le ha otorgado esta curación total en presencia de todos vosotros.
Enterados los apóstoles en Jerusalén de que había recibido Samaría la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan, los cuales bajaron y oraron sobre ellos para que recibieran el Espíritu Santo; porque todavía no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les iba imponiendo las manos y recibían el Espíritu Santo.
Y se maravillaron los creyentes de origen judío que habían venido con Pedro de que también sobre los gentiles se hubiera derramado el don del Espíritu Santo;
'¿Acaso puede alguien excluir del agua, de modo que no sean bautizados, a éstos, que han recibido el Espíritu Santo como nosotros?'.
a los cuales preguntó: '¿Habéis recibido el Espíritu Santo al abrazar la fe?'. Ellos le respondieron: 'Ni siquiera hemos oído que el Espíritu Santo exista'.
Reposará sobre él el espíritu de Yahveh, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor de Yahveh.
'En cuanto a mí, dice Yahveh, ésta es mi alianza con ellos: Mi espíritu que está sobre ti y mis palabras que he puesto en tus labios no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tu descendencia, ni de la boca de la descendencia de tu descendencia -dice Yahveh-, desde ahora y para siempre.'
Mirad a mi siervo, a quien yo elegí; a mi predilecto, en quien se complace mi alma. Sobre él pondré mi espíritu, y él dictará equidad a las naciones.
Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado. Y mirad: yo estoy con vosotros todos los días hasta el final de los tiempos'.
Estas señales acompañarán a los que crean: en virtud de mi nombre expulsarán a los demonios, hablarán lenguas nuevas, tomarán en sus manos serpientes y, aunque beban veneno, no les hará daño, impondrán las manos a los enfermos y éstos recobrarán la salud'.
Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿con cuánta más razón el Padre que está en el cielo dará Espíritu Santo a los que le piden?'.
El último día de la fiesta, que era el más solemne, Jesús, puesto de pie, exclamó con voz fuerte: 'Quien tenga sed venga a mí y beba. De quien cree en mí, como ha dicho la Escritura, ríos de agua viva correrán de su seno'. Esto lo dijo refiriéndose al Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él; aún no había Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado todavía.
Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena; porque no hablará por cuenta propia, sino que dirá todo lo que él oye y os explicará lo que está por venir.
Se atenían con constancia a la enseñanza de los apóstoles y a la comunión fraterna, a la fracción del pan y a las oraciones.
los cuales bajaron y oraron sobre ellos para que recibieran el Espíritu Santo; porque todavía no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les iba imponiendo las manos y recibían el Espíritu Santo.
Partió, pues, Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: 'Hermano Saulo, el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino que traías, me ha enviado para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo'.
cómo Dios ungió con Espíritu Santo y poder a Jesús de Nazaret, que pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
pues era un hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y se agregó al Señor una gran muchedumbre.
confortando a los discípulos y exhortándolos a permanecer en la fe, diciéndoles que por muchas tribulaciones tenemos que pasar para entrar en el reino de Dios.
Y Dios, que conoce los corazones, lo ratificó, dándoles el Espíritu Santo como a nosotros,
hasta los confines de Misia. Intentaron pasar a Bitinia, pero no se lo permitió el Espíritu de Jesús.
fuera de que el Espíritu Santo en cada ciudad me va asegurando que me aguardan prisiones y tribulaciones.
Vosotros no habéis recibido un Espíritu que os haga esclavos y os lleve de nuevo al temor, sino que habéis recibido un Espíritu que os hace hijos adoptivos, en virtud del cual clamamos: '¡Abbá! ¡Padre!'
Pero aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el anhelo del Espíritu, porque éste intercede, según el querer de Dios, por los a él consagrados.
Pero a nosotros nos lo ha revelado Dios por el Espíritu; porque el Espíritu lo explora todo, aun las profundidades de Dios. ¿Quién es el que sabe lo que hay en el hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? De la misma manera, sólo el Espíritu de Dios sabe lo que hay en Dios. Ahora bien, nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos las gracias que Dios nos ha concedido.
Procurad conseguir el amor; pero aspirad también a los dones del Espíritu, sobre todo al de profecía.
porque en éste reside toda la plenitud de la divinidad corporalmente. Y vosotros habéis sido llenados en él, que es la cabeza de todo principado y potestad,
En realidad, a los que ya una vez fueron iluminados, saborearon el don celestial, fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,
A Dios nadie lo ha visto jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha dado su Espíritu.
El espíritu de Yahveh está sobre mí, pues Yahveh me ha ungido. Para dar la buena nueva a los humildes me envió, para vendar los corazones quebrantados, para proclamar a los cautivos libertad, a los prisioneros amnistía,
Pero ellos se rebelaron, ofendieron su santo espíritu y él se les cambió en enemigo y luchó contra ellos.
Juan declaró ante todos: 'Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más poderoso que yo, a quien ni siquiera soy digno de desatarle la correa de las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
' Yo os bautizo con agua como señal de conversión. Pero el que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera soy digno de llevarle las sandalias; él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
no están borrachos estos hombres, como suponéis, puesto que es la hora tercera del día; sino que está sucediendo lo dicho por el profeta Joel: Y sucederá en los últimos días -dice Dios- que derramaré mi espíritu sobre toda carne. Profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, y vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños. Y sobre mis siervos y mis siervas, en aquellos días, derramaré mi espíritu y profetizarán. Haré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra: sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes de que llegue el día del Señor, día grande y esplendoroso; y sucederá que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.
Los apóstoles daban, con gran fortaleza, testimonio de la resurrección del Señor Jesús y gozaban todos ellos de gran estimación.
Pero él, lleno de Espíritu Santo, fijó la vista en el cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba a la diestra de Dios.
Viendo, pues, Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu, les ofreció dinero,
Por lo tanto, os exhorto hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcáis vuestras propias personas como víctima viva, santa, agradable a Dios; sea éste vuestro culto espiritual. No os amoldéis a las normas del mundo presente, sino procurad transformaros por la renovación de la mente, a fin de que logréis discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo agradable, lo perfecto.
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en vosotros, que lo habéis recibido de Dios y que no os pertenecéis a vosotros mismos? Se ha pagado por vosotros un buen precio. Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo.
Os digo esto: caminad en el Espíritu, y no dejéis que se cumplan los deseos de la carne. Pues la carne desea contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne. Ambos se combaten entre sí, de suerte que no hacéis las cosas que quisierais.
Alrededor de la media noche Pablo y Silas, puestos en oración, cantaban himnos a Dios; los restantes presos les estaban escuchando. De repente sobrevino un gran terremoto que hizo temblar los cimientos de la cárcel. Al instante se abrieron todas las puertas y a todos se les soltaron los grilletes.
Así pues, ahora ya no pesa ninguna condena sobre quienes están en Cristo Jesús. Porque la ley del Espíritu, dador de la vida en Cristo Jesús, me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.
De modo que, si alguno está en Cristo es una nueva criatura. Lo viejo pasó. Ha empezado lo nuevo.
Hijo mío, si recibes mis palabras y guardas para ti mis preceptos, prestando atención a la sabiduría e inclinando tu corazón a la prudencia, si de verdad recurres al entendimiento y elevas tu voz hacia la prudencia; si la codicias como la plata y la buscas como un tesoro oculto, entonces comprenderás el temor de Yahveh y hallarás la ciencia de Dios;
Mirad al Dios de mi salvación: confío y no temo, que mi fuerza y mi canto es Yahveh y él es mi salvación'.
Él le respondió: 'Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mandamiento mayor y el primero.
El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la buena nueva a los pobres; me ha enviado a proclamar a los cautivos libertad y recuperación de la vista a los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos,
Y Juan declaró: 'Yo he visto al Espíritu, que, como una paloma, descendía del cielo y permaneció sobre él. Ni yo mismo lo conocía; pero aquel que me envió a bautizar con agua, ése fue el que me dijo: 'Aquel sobre quien veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo'.
Que el Dios de la esperanza os colme de todo gozo y de paz en vuestra permanencia en la fe, a fin de que reboséis de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
En realidad, a los que ya una vez fueron iluminados, saborearon el don celestial, fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, gustaron la buena palabra de Dios y los portentos del siglo futuro, pero vinieron después a extraviarse, es imposible renovarlos otra vez e inducirlos al arrepentimiento, crucificando de nuevo y exponiendo a la burla pública al Hijo de Dios.
Su divino poder nos ha concedido todo lo referente a la vida y a la religión mediante el conocimiento del que nos llamó por su propia gloria y honor, en virtud de las cuales nos hizo donación de preciosas y magníficas promesas, para que seáis participantes de la divina naturaleza huyendo de la corrupción existente en el mundo por causa de la concupiscencia.
Vosotros, en cambio, tenéis unción recibida del Santo, y todos tenéis conocimiento. No os escribo porque no conozcáis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira proviene de la verdad.
Una cosa yo pido del Señor, una cosa suplico: habitar en la casa del Señor, todos los días de mi vida, para contemplar la belleza del Señor al visitar su templo.
Pablo les impuso las manos y entonces vino sobre ellos el Espíritu Santo, hablaban en lenguas y profetizaban.
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