orando en Espíritu con toda forma de oración y plegaria, en todo tiempo; y velando para ello con toda perseverancia y plegaria por todos los santos,
Y procurad la paz de la ciudad adonde os he hecho llevar cautivos, y rogad por ella a Jehová; porque en la paz de ella tendréis vosotros paz.
Luego dirigí mi rostro hacia el Señor Dios, para buscarle en oración y súplica, con ayuno y saco y ceniza.
Y busqué entre ellos hombre que construyese el vallado, y que se pusiese a la brecha delante de mí, a favor de la tierra, a fin de que yo no la destruyese; mas no hallé ninguno.
Por lo cual también, puede salvar hasta lo sumo a los que se acercan a Dios por medio de él, viviendo siempre para interceder por ellos.
¶De igual manera el Espíritu también ayuda nuestra flaqueza: porque no sabemos orar como se debe; pero el Espíritu mismo hace intercesión por nosotros, con gemidos que no pueden explicarse con palabras. Mas el que escudriña los corazones sabe cual sea la mente del Espíritu; pues él intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.
Y en cuanto a mí, nunca permita Dios que yo peque contra Jehová en cesar de rogar por vosotros; antes bien yo os dirigiré por el camino bueno y recto:
EXHORTO pues, ante todo, que se hagan rogativas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en autoridad; para que nosotros pasemos una vida tranquila y sosegada, en toda piedad y honestidad. Esto es bueno y acepto delante de Dios nuestro Salvador,
EXHORTO pues, ante todo, que se hagan rogativas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en autoridad; para que nosotros pasemos una vida tranquila y sosegada, en toda piedad y honestidad.
Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos; bendecid a los que os maldicen; haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os injurian y os persiguen:
¶Damos gracias a Dios siempre, a causa de todos vosotros, haciendo mención de vosotros en nuestras oraciones,
EN fin, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como también sucede con vosotros;
¶De igual manera el Espíritu también ayuda nuestra flaqueza: porque no sabemos orar como se debe; pero el Espíritu mismo hace intercesión por nosotros, con gemidos que no pueden explicarse con palabras.
Confesad pues vuestros pecados los unos a los otros, y orad los unos por los otros, para que seáis sanados. Mucho puede la suplica ferviente del hombre justo.
cooperando también vosotros, con vuestra súplica, a favor nuestro; para que de parte de muchas personas sean dadas gracias por este beneficio, concedido a nosotros a instancias de muchos.
Entonces acudió el pueblo a Moisés, diciendo: ¡Hemos pecado, pues que hemos hablado contra Jehová y contra ti! ruega a Jehová para que quite de nosotros las serpientes. Moisés pues rogó por el pueblo.
Y esta es la confianza que tenemos para con él, que si pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye; y si sabemos que nos oye en todo cuanto le pedimos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos pedido.
Lleguémonos pues confiadamente al trono de la gracia, para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para ayudarnos en tiempo oportuno.
¶Por esta causa nosotros también, desde el día que lo oímos, no cesamos de rogar a Dios, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría e inteligencia espiritual; para que andéis como es digno del Señor, a fin de que le agradéis en todo, produciendo fruto en todo género de obra buena, y creciendo en el conocimiento de Dios:
¶Doy gracias a mi Dios, cada vez que me acuerdo de vosotros, siempre, en cada plegaria mía, haciendo súplica con gozo por todos vosotros, a causa de vuestra participación en la promoción del evangelio, desde el primer día hasta ahora;
También Jehová hizo tornar el cautiverio de Job, después que hubo orado por sus amigos; y Jehová dió a Job el doble de lo que había tenido antes.
Mas yo he rogado por ti, para que tu fe no falte; y tú, vuelto á mí, fortalece a tus hermanos.
¡BENDICE, oh alma mía, a Jehová, y todas mis entrañas bendigan su santo nombre! ¡Bendice, oh alma mía, a Jehová, y no te olvides jamás de todos sus beneficios!-
¶Mas os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo, y por el amor del Espíritu, que os esforcéis conmigo, en vuestras oraciones a Dios, en mi favor; para que yo sea librado de los incrédulos que están en Judea; y que mi ministerio de socorro para Jerusalem sea acepto a los santos; para que, con el beneplácito de Dios, yo vaya a veros con gozo, y halle descanso juntamente con vosotros.
Otra vez os digo, que si dos de vosotros convinieren sobre la tierra respecto de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres se hallan reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
¡Salva a tu pueblo, y bendice a tu herencia, pastoréalos también, y ensálzalos para siempre!
Por tanto yo le daré porción con los grandes, y con los poderosos repartirá los despojos; por cuanto derramó su alma hasta la muerte, y con los transgresores fué contado: y él mismo llevó el pecado de muchos, y por los transgresores intercedió.
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus plegarias; pero el rostro del Señor está contra los que obran el mal.
no ceso de dar gracias a causa de vosotros, haciendo mención de vosotros en mis oraciones; para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él;
¿quién es el que condena? ¡Cristo Jesús es el que murió; más aún, el que fué levantado de entre los muertos; el que está a la diestra de Dios; el que también intercede por nosotros!
¶Nosotros pues somos embajadores de parte de Cristo, como si Dios os rogara por medio de nosotros: ¡os rogamos, por parte de Cristo, que os reconciliéis con Dios!
orando al mismo tiempo por nosotros también, para que Dios nos abra puerta para la palabra, a fin de hablar el misterio de Cristo; a causa del cual también estoy en prisiones;
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu en verdad está pronto, mas la carne débil.
¡Yo espero a Jehová, mi alma espera, y en su promesa tengo puesta mi esperanza! ¡Mi alma espera a Jehová más que aquellos que aguardan la mañana! ¡sí, que aguardan la mañana!
Vió también que no había hombre, y asombróse que no hubiera quien se pusiese de por medio; por tanto salvóle su propio brazo, y su justicia misma le sostuvo.
¶Como te rogaba que te quedaras en Efeso, cuando yo iba a partir para Macedonia, para que mandases a ciertas personas que no enseñasen doctrina distinta de la nuestra,
¡Escucha, oh Jehová, mi oración, y atiende a la voz de mis ruegos! En el día de mi angustia clamaré a ti; porque tú me responderás.
y sea la hermosura de Jehová nuestro Dios sobre nosotros; y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; sí, confirma tú la obra de nuestras manos.
¶¡Y al que es poderoso para hacer infinitamente más de todo cuanto podemos pedir, ni aun pensar, según el poder que obra en nosotros,
¶Empero si a cualquiera de vosotros le falta sabiduría, pídasela a Dios, el cual da con largueza a todos, y no zahiere; y le será dada.
Él clamará a mí, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; le libraré, y le glorificaré;
y cuanto pedimos, recibimos de él; porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables a su vista.
No os venguéis, amados míos, sino dad lugar a la ira de Dios, pues que escrito está: ¡Mía es la venganza; yo daré la recompensa! dice el Señor. Antes bien, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; pues haciendo así, amontonarás ascuas de fuego sobre su cabeza. No seas vencido del mal, sino antes vence el mal con el bien.
Hijitos míos, por quienes estoy otra vez en dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,
Por esto también oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de vuestra vocación, y cumpla poderosamente en vosotros toda complacencia en la bondad, y toda obra de fe:
Acordaos de los presos, como si estuvieseis en prisiones con ellos; y de los que son maltratados por causa de Cristo, como que estáis vosotros también en el cuerpo.
Una sola cosa he pedido a Jehová, y ésta buscaré; que more yo en la Casa de Jehová todos los días de mi vida, para mirar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su Templo.
¡Sea puesta mi oración delante de ti como el incienso! ¡la elevación de mis manos te sea acepta como la ofrenda de la tarde!
Habite ricamente en vosotros la palabra de Cristo, con toda sabiduría; enseñandoos y amonestándoos los unos a los otros, con salmos e himnos y cánticos espirituales, cantando con gracia en vuestros corazones a Dios.
SI hay pues alguna exhortación en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algunas entrañas de piedad, haced completo mi gozo, estando en un mismo ánimo, teniendo un mismo amor, un mismo espíritu, unos mismos sentimientos.
¶Pero el fin de todas las cosas se acerca; sed pues sobrios, y vigilantes en las oraciones:
ESPERABA con persistencia a Jehová; y él inclinóse hacia mí, y oyó mi clamor. Me hizo subir también de un pozo horrible, de un lodo cenagoso, y asentó mis pies sobre una roca, y dió firmeza a mis pasos; y puso en mi boca un cántico nuevo, alabanzas a nuestro Dios: veránlo muchos, y temerán; y confiarán en Jehová.
¶Y les dijo: ¿Quién de vosotros tendrá un amigo, y acudirá a él a media noche, y le dirá: Amigo, préstame tres panes; porque un amigo mío ha venido a mí de camino, y no tengo qué poner delante de él; y él, respondiendo desde adentro, le dirá: No me seas molesto; la puerta está ya cerrada, y mis hijos, juntamente conmigo, están en la cama; no puedo levantarme y darte. Dígoos que aunque no se levante a darle por ser su amigo, sin embargo, por causa de su importunidad, se levantará y le dará cuanto hubiere menester. Y yo os digo a vosotros: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
HERMANOS, el deseo de mi corazón y mi súplica a Dios, a favor de ellos, es que sean salvos.
yo también los traeré a ellos a mi santo monte, y los haré gozosos en mi Casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar: porque mi Casa será llamada Casa de oración, por todos los pueblos.
sino que, hablando la verdad con amor, vayáis creciendo en todos respectos en el que es la cabeza, es decir, en Cristo;
y considerémonos los unos a los otros, para incitarnos mutuamente al amor y a las buenas obras: no abandonando nuestra congregación, como es la costumbre de algunos, sino exhortándonos mutuamente, y tanto más, cuanto veis que se va acercando el día.
¶Si alguno viere a su hermano cometer un pecado que no es para muerte, debe pedir, y Dios le dará vida; es decir a los que no pecan para muerte. Hay pecado que es para muerte; no respecto de éste digo que se ha de pedir.
El amor sea sin hipocresía: aborreced lo malo, allegaos a lo que es bueno. Tocante al amor fraternal, sed sinceramente afectos los unos hacia los otros; en cuanto a honra, prefiriendo cada cual al otro;
HERMANOS, si alguno fuere sobrecogido en cualquiera transgresión, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal en espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
Dijo, pues, que los destruiría; y lo hiciera, si Moisés su escogido no se hubiera puesto a la brecha delante de él, a fin de volver atrás su ira, para que no los destruyese.
Pero viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban acosadas de necesidad,y andabandispersas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: Verdaderamente la mies es mucha, mas los obreros son pocos: rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.
¡Sean aceptos los dichos de mi boca, y la meditación de mi corazón, delante de ti, oh Jehová, roca mía y mi redentor!
Porque me es testigo Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, cuán incesantemente hago mención de vosotros, rogando siempre en mis oraciones,
¶Damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, rogando siempre por vosotros, teniendo noticia de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis hacia todos los santos;
Porque Jehová Dios es escudo y sol; gracia y gloria nos dará Jehová: no negará ningún bien a los que andan rectamente.
Entonces llamarás, y Jehová te responderá; clamarás por auxilio, y él dirá: ¡Heme aquí! con tal que apartares de en medio de ti el yugo, el extender con irrisión el dedo, y el hablar vanidad.
Pues que para todos hay un solo Dios, y un solo medianero entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús;
Jehová es mi fortaleza y mi escudo: en él confió mi corazón, y yo fuí ayudado; por tanto se regocija mi corazón, y con mi canción le alabaré.
POR lo cual, teniendo nosotros este ministerio, según hemos alcanzado misericordia, no desfallecemos.
¶Mirad que no tengáis en poco a uno de estos pequeñitos; porque yo os digo, que sus ángeles en los cielos ven de continuo el rostro de mi Padre que está en los cielos.
No os engañéis; Dios no se deja burlar: porque todo cuanto el hombre sembrare, eso también segará.
Si alguno dice: Yo amo a Dios, y odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.
y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones, por medio del Espíritu Santo, que nos ha sido dado.
No os afanéis por cosa alguna, sino que, en todas las circunstancias, por medio de la oración y la plegaria, con acciones de gracias, dense a conocer vuestras peticiones a Dios:
YO amo a Jehová, porque ha escuchado mi voz y mis ruegos. Por cuanto ha inclinado hacia mí su oído, por tanto en todos mis días le invocaré.
Jehová el Señor me ha dado la lengua de los instruídos, para que sepa sustentar con palabras al cansado; despierta mañana tras mañana, despierta mi oído para oír como los instruídos.
Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu mismo entendimiento: tenle presente en todos tus caminos, y él dirigirá tus senderos.
¡OH Jehová, a ti estoy clamando! ¡apresúrate hacia mí! ¡escucha mi voz cuando clamo a ti! ¡Sea puesta mi oración delante de ti como el incienso! ¡la elevación de mis manos te sea acepta como la ofrenda de la tarde!
Mas el ángel le dijo: No temas, Zacarías; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Juan.
ni ofrezcáis al pecado vuestros miembros, como instrumentos de iniquidad; sino antes, ofreceos vosotros mismos a Dios, como resucitados de entre los muertos, y vuestros miembros, como instrumentos de justicia para Dios.
Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. En todo dad gracias a Dios; porque ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.
Y todo cuanto hiciereis, en palabra o en obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
¡Hazme conocer tus caminos, oh Jehová; enséñame tus sendas! ¡Encamíname en tu verdad, y enséñame: porque tú eres el Dios de mi salvación; a ti espero todo el día!
El hombre de muchos amigos labra su misma destrucción; pero hay un amigo que es más apegado que el hermano.
EL Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, por cuanto Jehová me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los mansos; me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar a los cautivos libertad, y a los aprisionados abertura de la cárcel;
OS ruego pues, hermanos, por las compasiones de Dios, que le presentéis vuestros cuerpos, como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios; culto racional vuestro. Y no os conforméis con este siglo, sino antes transformaos, por la renovación de vuestra mente; para que hagáis experiencia de cuál sea la buena, la acepta y la perfecta voluntad de Dios.
Y de Sión se dirá: ¡Este hombre y esotro nacieron en ella; el Altísimo mismo la establece!
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