Mateo 27:31 - Biblia Pablo Besson (Nuevo Testamento)

³¹ Y después que le hubieron escarnecido, le despojaron del manto rojo, y le vistieron con sus vestidos, y le llevaron V crucificarlo.

Higit pang mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

³¹ Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³¹ Cuando al fin se cansaron de hacerle burla, le quitaron el manto y volvieron a ponerle su propia ropa. Luego lo llevaron para crucificarlo.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³¹ Cuando terminaron de burlarse de él, le quitaron la capa de soldado, le pusieron de nuevo sus ropas y lo llevaron a crucificar.

La Biblia Textual 3a Edicion

³¹ Después de burlarse de Él, le quitaron el manto, le pusieron su ropa, y lo llevaron para crucificarlo.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³¹ Cuando acabaron las burlas, le quitaron el manto, le pusieron sus propios vestidos y se lo llevaron a crucificarlo.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

³¹ Y después que le hubieron escarnecido, le quitaron el manto, y poniéndole sus vestiduras, le llevaron para crucificarle.

Mateo 27:31 Mga Krus na Reperensya

Mateo 20:19

y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, le azoten y crucifiquen, y al tercer día se levantará.

Mateo 21:39

Y tomándole le echaron fuera de la viña y le mataron.

Mateo 26:2

Sabéis que después de dos días se hace la pascua, y el hijo del hombre es entregado para ser crucificado.

Marcos 15:20

Y cuando lo hubieron escarnecido, le desvistieron de la púrpura, y le vistieron con los propios vestidos. Y le sacan fuera para crucificarle.

Juan 19:16

Entonces pues se le entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron pues a Jesús y le llevaron.

Juan 19:27

Después dice al discípulo: He aquí tu madre. Y desde aquella hora la recibió el discípulo en su casa.

Hechos 7:58

y echándolo fuera de la ciudad, le apedreaban. Y los testigos pusieron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo;

Hebreos 13:12

Por eso también Jesús, para santificar por su propia sangre al pueblo, fuera de la puerta padeció (Juan 19:17; Mateo 27:32-33).