Cerca de allí había unos pastores que pasaban la noche afuera en los campos, cuidando de sus rebaños.
Vivo yo, declara el Señor Dios, porque mis ovejas no tenían pastor y eran presa de todos los animales salvajes para alimentarse, y porque mis pastores no cuidaban de mis ovejas sino que sólo se alimentaban a sí mismos,
Y tendro su primer hijo. Lo envolvió en tiras de tela y lo puso en un pesebre porque la posada no tenía más habitaciones disponibles.
Y un ángel del Señor se les apareció, y la gloria de Dios brilló alrededor de ellos. Ellos estaban terriblemente aterrorizados.