En el camino, se detuvieron para pasar la noche y uno de ellos abrió su saco para darle algo de comer a su asno y vio su dinero allí en la parte superior del saco.
y cuando nos detuvimos para pasar la noche, abrimos nuestros sacos y cada uno de nosotros encontró su dinero, la cantidad exacta, en la parte superior de nuestros sacos. Así que lo trajimos de vuelta con nosotros.
Se le acercó y curó sus heridas con aceite y vino, y les puso vendas. Entonces puso al hombre sobre su asno y lo llevó a una posada, y allí cuidó de él.
Porque ustedes conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo. Que aunque era rico, se volvió pobre por ustedes, a fin de que a través de su pobreza ustedes pudieran llegar a ser ricos.