Fue a registrarse allí, junto con María, quien estaba comprometida para casarse con él, y quien esperaba un bebé.
En esos días el César emitió un decreto según el cual debía hacerse un censo de todos los que vivían en el Imperio Romano.
Así que todo el mundo se dirigió a sus ciudades para registrarse.
José era descendiente del Rey David, por lo tanto partió de Nazaret, en Galilea, hacia Belén, la ciudad de David, en Judea.
Mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo para tener a su bebé.