Una vez que los sacerdotes hayan entrado en estas habitaciones, no deben salir al patio exterior antes de dejar sus ropas sacerdotales, porque éstas son sagradas. Deben cambiarse de ropa antes de ir donde está la gente común”.
“Cuando vayan al atrio exterior, donde está el pueblo, deberán quitarse las ropas sacerdotales que llevaban cuando servían, y dejarlas en las salas sagradas. Deben ponerse otras ropas para que no lleven la santidad al pueblo con su ropa.
Debe llevar la túnica de lino sagrada, con ropa interior de lino. Tiene que atar una faja de lino a su alrededor y ponerse el turbante de lino. Estas son ropas sagradas. Debe lavarse con agua antes de ponérsela.
Lo que la ley no pudo hacer porque no tenía el poder para hacerlo debido a nuestra naturaleza pecaminosa, Dios pudo hacerlo. Al enviar a su propio Hijo en forma humana, Dios se hizo cargo del problema del pecado y destruyó el poder del pecado en nuestra naturaleza humana pecaminosa.
del mismo modo ocurre con Cristo. Pues al haber sido sacrificado una sola vez para quitar los pecados de muchos, vendrá otra vez, no para hacerse cargo del pecado, sino para salvar a quienes lo esperan.