Se lavará con agua en el santuario y se pondrá su propia ropa. Luego saldrá a sacrificar su holocausto y el holocausto del pueblo que le da la razón a él y al pueblo.
Una vez que los sacerdotes hayan entrado en estas habitaciones, no deben salir al patio exterior antes de dejar sus ropas sacerdotales, porque éstas son sagradas. Deben cambiarse de ropa antes de ir donde está la gente común”.
El séptimo día se afeitarán todo el pelo: la cabeza, la barba, las cejas y el resto del cabello. Deben lavar su ropa y lavarse con agua, y estarán limpios.
Entonces Moisés le dijo a Aarón: “Ve al altar y sacrifica tu ofrenda por el pecado y tu holocausto para que tú y el pueblo estén bien. Luego sacrifica las ofrendas traídas por el pueblo para enderezarlas, como el Señor lo ordenó”.
Pues esos son solamente requisitos religiosos, que tienen que ver con la comida y la bebida, y diversas ceremonias que implican el lavamiento, las cuales fueron impuestas hasta que llegó el tiempo en que Dios estableció una nueva forma de relacionarnos con él.