Ismael salió a su encuentro desde Mizpa, llorando a su paso. Cuando Ismael se encontró con los hombres, les dijo: “¡Vengan a ver lo que le pasó a Gedalías hijo de Ahicam!”.
Su marido la siguió hasta la ciudad de Bahurim, llorando mientras iba. Entonces Abner le ordenó: “¡Vuelve a casa!”. Así que se fue a su casa.
Ese es el momento en que los pueblos de Israel y de Judá se unirán, llorando al ir a adorar al Señor, su Dios, declara el Señor.