Jeremías 41:5

Versión Biblia Libre

llegó un grupo de ochenta hombres de Siquem, Silo y Samaria. Se habían afeitado la barba, se habían rasgado la ropa y se habían cortado. Llevaban ofrendas de grano e incienso para el Templo del Señor.

Referencias Cruzadas

Génesis 33:18

Más tarde Jacob continuó su viaje desde Paddan-aram. Llegó a salvo a Siquem en el país de Canaán donde acampó en las afueras del pueblo.

Génesis 34:2

Siquem, hijo de Hamor el heveo, el gobernante de esa zona, la vio. La agarró y la violó.

Génesis 37:12

Un día los hermanos de José llevaban los rebaños de su padre a pastar cerca de Siquem.

2 Samuel 10:4

Entonces Hanún hizo detener a los representantes de David, les afeitó la mitad de la barba a cada uno, les cortó la ropa a la altura de las nalgas y los envió de vuelta a casa.

1 Reyes 12:1

Roboam fue a Siquem porque allí había ido todo Israel para hacerle rey.

1 Reyes 12:25

Jeroboam fortaleció la ciudad de Siquem en la región montañosa de Efraín y vivió allí. Desde allí fue y construyó Penuel.

1 Reyes 16:24

Compró la colina de Samaria a Semer por dos talentos de plata. Fortificó la colina y llamó a la ciudad que construyó Samaria, en honor a Semer, el anterior dueño de la colina.

1 Reyes 16:29

Acab, hijo de Omri, se convirtió en rey de Israel en el año treinta y ocho del reinado del rey Asa de Judá. Reinó en Samaria durante veintidós años.

2 Reyes 25:9

Quemó el Templo del Señor, el palacio real y todos los grandes edificios de Jerusalén.

1 Crónicas 19:4

Entonces Hanún detuvo a los embajadores de David y los mandó a afeitar, y además les cortó la túnica a la altura de las nalgas. Entonces los envió de vuelta.

Salmos 102:14

Porque las personas que te siguen aman sus piedras; ¡valoran incluso su polvo!

Salmos 78:60

Entonces abandonó su lugar en Siloé, el Tabernáculo en el que vivía en medio del pueblo.

Isaías 15:2

Los habitantes de Dibón suben a su Templo para llorar en sus lugares altos. Los moabitas lloran sobre las ciudades de Nebo y Medeba. Todas las cabezas se han afeitado, todas las barbas se han cortado en señal de luto.

Jeremías 16:6

Todos, desde el más importante hasta el más insignificante, morirán en este país. No se les enterrará ni se les llorará; no habrá ritos para los muertos, como el inmolarse o afeitarse la cabeza.

Jeremías 41:4

Al día siguiente del asesinato de Gedalías, y antes de que nadie lo supiera,

Jeremías 47:5

Los habitantes de Gaza se afeitarán la cabeza; la ciudad de Ascalón está en ruinas. Tú, que quedas en la llanura costera, ¿hasta cuándo seguirás cortándote?

Jeremías 48:37

Como muestra de su luto, toda cabeza está afeitada, toda barba está recortada, toda mano tiene un corte, y toda cintura está vestida de cilicio.

Jeremías 7:12

Entonces, ¿por qué no van a Silo donde me hice por primera vez un lugar para vivir contigo, y mira lo que le hice por el mal que hizo mi pueblo Israel?

Jeremías 7:14

Así que ahora voy a hacer con mi Templo lo que hice con Silo. Este es el Templo en el que pusiste tu fe, el lugar que les di a ti y a tus antepasados.

Joel 2:13

Rasguen sus corazones y no sus vestiduras”. Vuelvan al Señor, porque él es misericordioso y bondadoso. Él es tardo para el enojo y lleno de amor inquebrantable; él se arrepiente para no enviar castigo.

Deuteronomio 14:1

Ustedes son los hijos del Señor su Dios. No se mutilen ni se afeiten la frente como hacen los paganos cuando lloran a los muertos,

Josué 18:1

La tierra había sido sometida y estaba ante ellos. Los israelitas se reunieron en Silo e instalaron el Tabernáculo de Reunión.

Josué 24:32

Los huesos de José, que los israelitas habían traído consigo desde Egipto, los enterraron en Siquem, en el pedazo de tierra que Jacob había comprado a los hijos de Jamor, el padre de Siquem, por cien piezas de plata. Esta tierra fue heredada por los hijos de José.

Jueces 18:31

Ellos adoraron el ídolo tallado que Miqueas había hecho todo el tiempo que el Templo de Dios estuvo en Silo.

Jueces 9:1

Abimelec, hijo de Jerob-baal, se dirigió a los hermanos de su madre en Siquem y les dijo a ellos y a todos los parientes de su madre:

1 Samuel 1:7

Esta situación duró años, y cada vez que Ana iba al Templo del Señor, Penina se burlaba de ella hasta que Ana lloraba y no podía comer.