Al caer la noche y cuando soplaba la brisa del atardecer, escucharon al Señor caminando en el jardín. Entonces Adán y Eva se escondieron de la presencia del Señor entre los árboles del jardín.
¿Puede la gente esconderse en lugares secretos donde yo no pueda verlos? pregunta el Señor. ¿No actúo en todos los lugares del cielo y de la tierra? pregunta el Señor.
Los altares de Aven, donde Israel pecó, serán demolidos, y crecerán cardos con espinas sobre sus altares. Entonces clamarán a las montañas y a las colinas: “¡Caigan sobre nosotros!”
Pero Jonás salió y huyó a Tarsis para escaparse del Señor. Entonces se fue a Jope, donde encontró un barco que iba en dirección a Tarsis. Pagó el pasaje y abordó para navegar hacia Tarsis y así escapar del Señor.
De esta manera, ellos demuestran cómo obra la ley que está escrita en sus corazones. Pues cuando piensan en lo que están haciendo, su conciencia los acusa por hacer el mal o los defiende por hacer el bien.
El Señor tu Dios está presente contigo en tu campamento para mantenerte a salvo y para derrotar a tus enemigos. Tu campamento debe mantenerse sagrado, porque si ve algo impuro entre ustedes, los abandonaré.
Y los reyes de la tierra, los grandes líderes, los ricos, los poderosos, y todas las personas, esclavos o libres, se ocultaron en cuevas y entre las rocas de las montañas.