Un mensaje sobre Tiro. ¡Aúllen, gente de los barcos de Tarsis! La ciudad de Tiro ha sido destruida y no queda niguna de sus casas ni cosa alguna en el puerto. Se enteraron de la noticia por la gente de Chipre.
Yo pondré este tercio en el fuego, y lo refinaré como la plata, los probaré como se prueba al oro. Ellos clamarán por mi ayua, y yo les responderé. Diré: “Este es mi pueblo”, y ellos dirán: “El Señor es mi Dios”.
Su cola arrastró una tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó a la tierra. El dragón se puso justo delante de la mujer que estaba dando a luz, para comerse a su hijo al nacer.
Entonces el tercer ángel hizo sonar su trompeta. Y una gran estrella cayó del cielo, brillando con mucho esplendor. Y cayó sobre una tercera parte de los ríos y fuentes de agua.
El cuarto ángel hizo sonar su trompeta, y fueron heridas una tercera parte del sol, la luna y las estrellas, de modo que una tercera parte de ellos quedaron en oscuridad, y una tercera parte del día no tendría luz, igual que una tercera parte de la noche.
Y el primer ángel hizo sonar su trompeta. Y llovía fuego y granizo mezclado con sangre sobre la tierra. Una tercera parte de la tierra se quemó, y una tercera parte de los árboles se quemó también.
Los cuatro ángeles que habían sido reservados especialmente para esta hora, día, mes y año fueron liberados para matar a una tercera parte de la humanidad.