Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




Apocalipsis 3:19 - Biblia Castilian 2003

Yo, a los que amo, los reprendo y castigo. ¡An mate, pues, y conviértete!

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

Yo corrijo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé diligente y arrepiéntete de tu indiferencia.

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo reprendo y corrijo a los que amo. Vamos, anímate y conviértete.

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Yo reprendo y disciplino a todos los que amo,° sé pues fervoroso, y arrepiéntete.

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Yo, a los que amo, los reprendo y castigo. ¡Anímate, pues, y conviértete!

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



Apocalipsis 3:19
31 Referans Kwoze  

Yo seré para él padre, y él será mi hijo, de suerte que, si se desv a, lo castigaré con vara de hombres y con azotes humanos,


¡Dichoso el hombre a quien Dios corrige! No desprecies la lección de Sadday,


Desv a tus azotes, pues tu mano agresiva me consume.


Del director, con instrumentos de cuerda, sobre el octacordio. Salmo. De David.


el que sea yo un extra o a mis hermanos, un extranjero a los hijos de mi madre.


El que educa las gentes, ¿no va a castigar, él, que ense a a los humanos el saber?


Grave castigo a quien se aparta del camino; quien odia la reprensión morirá.


Quien rechaza la instrucción desprecia su vida, quien escucha la reprensión se hace sensato.


La necedad arraiga en el corazón del joven; la vara de la instrucción le alejará de ella.


Yahveh, en la angustia te buscamos, murmuramos oraciones cuando tu castigo estaba sobre nosotros.


Cast game, Se or, pero con medida, no según tu ira, pues ser a aniquilado.


En vano castigué a vuestros hijos, no aprendieron la lección; vuestra espada devoró a vuestros profetas como león desgarrador.


Pues contigo estoy yo - oráculo de Yahveh - para salvarte, porque voy a exterminar a todas las naciones adonde te dispersé. Sólo a ti no te exterminaré, aunque te castigaré según tu merecido, pues impune del todo no te dejaré.


Oigo muy bien a Efra n lamentarse: 'Me has castigado y aguanté el castigo como novillo no domesticado. Conviérteme, que quiero convertirme, pues tú eres Yahveh, mi Dios.


Deberás por tanto decirles: 'Ésta es la nación que no ha escuchado la voz de Yahveh, su Dios, ni ha aceptado la corrección. La lealtad ha desaparecido, ha sido cercenada de su boca'.


No escuchó la voz, no aceptó la corrección; no conf o en Yahveh, no se acercó a su Dios.


Entonces, todas aquellas v rgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas.


Sus disc pulos se acordaron de que está escrito:


En vuestro celo no seáis negligentes. En el Esp ritu, manteneos fervientes. Servid constantemente al Se or.


Cuando el Se or nos castiga, nos corrige, para que no seamos condenados con el mundo.


como desconocidos, aunque somos conocidos de sobra; como si fuéramos moribundos, aunque seguimos viviendo; como castigados, aunque todav a no muertos;


Porque, mirad: ¡cuánta solicitud produjo en vosotros ese mismo hecho de entristeceros según Dios! ¡Qué disculpas! ¡Qué indignación! ¡Qué temor! ¡Qué nostalgia! ¡Qué preocupación! ¡Qué deseo de justicia! En todo momento habéis demostrado ser inocentes en este asunto.


Lo bueno es mostrarse afectuoso como es debido en todo tiempo, y no sólo mientras yo estoy presente entre vosotros.


Reconoce, pues, en tu corazón que Yahveh te corrige como un hombre corrige a su hijo.


el cual se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda iniquidad y para purificarnos, haciendo de nosotros un pueblo que fuera su patrimonio, dedicado a buenas obras.


Bienaventurado el que soporta la prueba; porque, una vez probado, recibirá la corona de la vida que Dios prometió a los que lo aman.


Recuerda, pues, de dónde has ca do, y conviértete y comienza a practicar las obras de antes. Si no, vendré a ti y, si no te conviertes, removeré tu candelabro de su lugar.