Mateo 9:30 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

³⁰ Ellos recobraron la vista; Jesús les advirtió severamente, y les dijo: – Miren, no quiero que nadie sepa de este milagro.

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Biblia Reina Valera 1960

³⁰ Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³⁰ Entonces sus ojos se abrieron, ¡y pudieron ver! Jesús les advirtió severamente: «No se lo cuenten a nadie»;

Biblia Católica (Latinoamericana)

³⁰ Después les ordenó severamente: 'Cuiden de que nadie lo sepa.

La Biblia Textual 3a Edicion

³⁰ Y se les abrieron los ojos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³⁰ Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: '¡Cuidado que nadie lo sepa!'.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

³⁰ Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.

Mateo 9:30 Tagairtí Cros

Mateo 12:16

Les advirtió que no divulgaran todos los milagros que hacía.

Mateo 17:9

Mientras bajaban de la montaña, Jesús les dio una orden, diciendo: – No le digan a nadie la visión que tuvieron, hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos.

Mateo 8:4

Luego, Jesús le dijo: – No digas a nadie lo que pasó, mejor ve donde el sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testificar a ellos lo que Dios hizo en tu vida.

Marcos 1:43

Jesús lo despidió con una advertencia severa:

Marcos 3:12

Y Jesús los reprendía severamente para que no dijeran quién era Él.

Marcos 5:43

Pero Jesús dio órdenes estrictas de que nadie supiera del milagro, y también ordenó que le dieran de comer a la niña.

Lucas 5:14

Y Jesús le pidió al hombre sanado de la lepra, que no le contara a nadie este milagro, más bien, le dijo que fuera donde el sacerdote y diera una ofrenda por la purificación de su cuerpo, conforme a la ley de Moisés, para que su sanidad sirviera de testimonio a los demás.

Lucas 8:56

Los padres de la niña estaban maravillados; pero Jesús les pidió que no le contaran a nadie lo sucedido.