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Lucas 9:5 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

5 Cuando no sean bienvenidos, al salir de tal ciudad, sacudan el polvo de sus pies como señal de protesta a los ciudadanos de la ciudad que rechazaron el mensaje de salvación.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Y si en algún pueblo se niegan a recibirlos, sacúdanse el polvo de los pies al salir para mostrar que abandonan a esas personas a su suerte».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Pero donde no los quieran recibir, no salgan del pueblo sin antes sacudir el polvo de sus pies: esto será un testimonio contra ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y dondequiera que no os reciban, saliendo de aquella ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies, como testimonio contra ellos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Y si algunos no os reciben, salid de aquella ciudad y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Y si algunos no os recibieren, saliendo de aquella ciudad, sacudid aun el polvo de vuestros pies para testimonio contra ellos.

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Lucas 9:5
13 Tagairtí Cros  

también serán llevados ante los gobernantes y reyes por mi causa, esto servirá para que ustedes testifiquen, inclusive con sus propias vidas, a estos gobernantes y gentiles.


Si en un lugar no los reciben bien o no los escuchan, cuando salgan de allí sacudan el polvo de sus sandalias, para que conste que rechazaron las buenas noticias.


– Cualquiera que reciba a un niño en mi nombre, a mí me recibe, y cualquiera que me reciba, recibe al que me envió.


Luego Jesús volvió a decir a sus discípulos: – El que los escuche a ustedes, me escucha a mí; el que los rechace, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza a Dios que me envió.


Y Jesús le pidió al hombre sanado de la lepra, que no le contara a nadie este milagro, más bien, le dijo que fuera donde el sacerdote y diera una ofrenda por la purificación de su cuerpo, conforme a la ley de Moisés, para que su sanidad sirviera de testimonio a los demás.


Y en cualquier casa en que entren, quédense allí hasta que les toque seguir el viaje.


y declaró: – Todo el que reciba a un niño como este en mi nombre, a mí me recibe; y todo el que me reciba, recibe al que me envió; pues el más pequeño entre ustedes será el más importante.


Ellos, por su parte, se sacudieron el polvo de los pies en señal de protesta contra sus perseguidores y se fueron a Iconio.


Pero los judíos se oponían y lo insultaban; y Pablo sacudiendo su ropa en señal de protesta les dijo: – Si no se salvan no será por culpa mía, yo he hecho todo lo posible. De ahora en adelante me dirigiré solamente a los que no son judíos.


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