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Lucas 20:26 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

26 Los espías se maravillaron de su respuesta y se quedaron sin palabras. No pudieron usar en su contra nada de lo que dijo delante de la gente.

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Biblia Reina Valera 1960

26 Y no pudieron sorprenderle en palabra alguna delante del pueblo, sino que maravillados de su respuesta, callaron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Así que no pudieron atraparlo por lo que decía en público. En cambio, quedaron asombrados de su respuesta y se callaron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Con esto no pudieron atraparlo en lo que decía en público, sino que quedaron muy sorprendidos por su respuesta y se callaron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Y no pudieron asirse de ninguna de sus palabras delante del pueblo, y maravillados por su respuesta, callaron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Y no pudieron sorprenderlo en palabra alguna delante del pueblo, sino que, admirados por su respuesta, se callaron.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

26 Y no pudieron prenderle en sus palabras delante del pueblo; y maravillados de su respuesta, se callaron.

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Lucas 20:26
14 Tagairtí Cros  

y le dijo: – Compañero ¿cómo entró a este banquete, sin estar vestido con un traje apropiado para la boda? Pero el hombre no le contestó.


Y cuando escucharon la respuesta, se impresionaron y se fueron.


Cuando los fariseos oyeron que Jesús había dejado callados a los saduceos, se reunieron en común acuerdo;


Cuando Jesús escuchó estas palabras, se admiró y dijo a sus seguidores: – En verdad les digo, no he encontrado una persona en Israel que tenga tanta fe como este capitán.


En realidad estaban tratando de ponerle una trampa, para ver si decía algo malo y así poder incriminarlo.


Cuando Jesús decía todas estas cosas, sus adversarios se avergonzaban ante Él y el pueblo disfrutaba de todos los milagros que sucedían por medio de Él.


Entonces los líderes religiosos y maestros de la ley le pusieron una trampa a Jesús; enviaron espías que aparentaban ser buenos para tomar por sorpresa al Maestro, esperando el momento en que Él dijera algo inapropiado, con el objetivo de arrestarlo y entregarlo al gobernador romano.


Todos sabemos lo que dice la ley, se acabaron las excusas, nadie puede declararse inocente; es para que todo el mundo reconozca que es culpable ante Dios.


Porque hay muchos desobedientes, charlatanes, habladores y engañadores, especialmente los que defienden la circuncisión, o sea, los judaizantes;


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