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Hebreos 12:3 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

3 Si alguna vez se sienten sin fuerzas, cansados y desanimados en sus caminos de fe, piensen en el ejemplo de Jesús, quien soportó con resiliencia el maltrato contra Él mismo de parte de los pecadores.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Piensen en toda la hostilidad que soportó por parte de pecadores, así no se cansarán ni se darán por vencidos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Piensen en Jesús, que sufrió tantas contradicciones de parte de gente mala, y no les faltarán las fuerzas ni el ánimo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Considerad pues al que soportó tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo° no se canse y desfallezca,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Fijaos bien en él, que soportó tamaña oposición por parte de los pecadores, para que no os canséis ni perdáis ánimos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Considerad, pues, a Aquél que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que no os fatiguéis ni desmayen vuestras mentes.

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Hebreos 12:3
46 Tagairtí Cros  

Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y la gente lo critica diciendo: “Miren, un hombre tragón y borracho, amigo de cobradores de impuestos y de pecadores”. Pero la sabiduría fue justificada por sus obras.


Mas los fariseos, al oírlo, dijeron: – Este hombre expulsa a los demonios con el poder de Beelzebú, que es el príncipe de los demonios.


– ¿Por qué tus discípulos violan las leyes y las tradiciones de nuestros antepasados? Pues ellos no se lavan las manos cuando comen pan.


Y cuando Jesús entró al templo, se acercaron los sacerdotes jefes y los líderes del pueblo mientras Jesús enseñaba y le dijeron: – ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te dio esta autoridad?


Por eso intentaron arrestar a Jesús, pero tuvieron miedo de la multitud, porque la gente lo consideraba como un profeta.


Entonces se fueron los fariseos y se reunieron para ver cómo le tendían una trampa a Jesús para incriminarlo según lo que Él dijera.


Un sábado, Jesús visitó en la casa de un importante líder religioso de los fariseos para compartir una comida con ellos. Todos los presente le observaban detenidamente.


los fariseos, junto con los maestros de la ley, criticaban a Jesús diciendo: – Este recibe a los pecadores y hasta come con ellos.


Los fariseos escucharon estas palabras, pero como eran amantes de las riquezas y avaros, se burlaban de Jesús.


Entonces, Simeón bendijo a los padres y dijo a María, su madre: – Mira, este niño fue enviado para la caída y la transformación de muchos en Israel, causará contradicción, y Él será atacado por su mensaje liberador;


Entonces, los fariseos y maestros de la ley empezaron a razonar diciendo: – ¿Quién es este hereje? ¿Quién tiene la autoridad para perdonar pecados, excepto Dios?


Muchos de ellos decían: – Está poseído por un demonio y está loco; ¿por qué lo escuchan?


Cuando dijo estas cosas, un integrante de la policía del templo le dio una bofetada a Jesús, diciendo: – ¿Así respondes al sumo sacerdote?


Y por este milagro los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.


Había mucha controversia sobre Jesús entre la multitud; algunos decían: – Ese hombre es bueno. Pero otros decían: – Ese hombre engaña a la gente.


Los fariseos le replicaron: – Tú siempre testificas de ti mismo, por esta razón tu testimonio no es válido.


Entonces los judíos le replicaron: – Ahora estamos seguros de que tú estás poseído por un demonio; Abraham y nuestros profetas murieron, y tú dices “si alguien guarda y practica mi palabra, nunca vivirá la muerte eterna”.


Entonces los judíos tomaron piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo.


Entonces los fariseos, los que estaban con Jesús, escucharon estas cosas y le preguntaron: – ¿Acaso nosotros somos ciegos?


Por lo tanto, mis amados hermanos, estén firmes y constantes, progresando siempre en la obra del Señor, sabiendo que su trabajo en el Señor no es en vano.


Debido a la misericordia de Dios tenemos este ministerio y no nos desanimamos.


Por tanto, no nos desanimamos; al contrario, aunque en nuestro exterior nos vamos desgastando, en nuestro interior nos vamos renovando día tras día.


Siempre hagamos lo bueno, nunca nos cansemos de hacer el bien, porque en su debido tiempo, si no desistimos, cosecharemos.


Ustedes no se cansen de hacer el bien.


Fijando la mirada en el autor y perfeccionador de nuestra fe, Jesús, el mejor ejemplo de fe, que miró el dolor con los ojos de la fe para redención, soportando la cruz y el maltrato, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.


Ustedes parecen haberse olvidado del consejo que Dios les da a sus hijos, como dicen las Escrituras: “Hijo mío, no menosprecies las instrucciones del Señor, como si fueran algo sin importancia. No te pongas triste cuando Él te reprenda.


Por lo tanto, hermanos, ustedes que han sido santificados y que tienen parte en el mismo llamamiento celestial, consideren a Jesús, apóstol y Sumo Sacerdote de la fe que profesamos; Jesús es el centro de nuestra fe.


Él, siendo insultado, no respondía con insultos; sufriendo, no amenazaba a nadie, sino que oraba por aquellos que lo insultaban;


Has perseverado y aguantaste mucho sufrimiento por mi nombre sin desanimarte.


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