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Hebreos 10:22 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

22 acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y llenos de fe por identidad, interiormente purificados de una conciencia de maldad y exteriormente lavados con agua pura.

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Biblia Reina Valera 1960

22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 acerquémonos con corazón sincero, con fe plena, limpios interiormente de todo lo que mancha la conciencia y con el cuerpo lavado con agua pura.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo los corazones° rociados, y así libres° de mala conciencia, y los cuerpos lavados con agua pura.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Acerquémonos, pues, con corazón sincero y fe plena, purificado el corazón de toda impureza de conciencia y lavado el cuerpo con agua pura.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.

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Hebreos 10:22
66 Tagairtí Cros  

Yo bautizo con agua para arrepentimiento; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo y ni siquiera soy digno de llevar su calzado. Él los bautizará en Espíritu Santo y en fuego.


Ya muchos han tratado de formar relatos escritos sobre lo que verdaderamente pasó entre nosotros,


– En verdad te digo, si alguien no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar al reino de Dios. – Le dijo Jesús.


Cuando lo escucharon empezaron a retirarse uno por uno, comenzando por los más ancianos hasta los más jóvenes, y Jesús se quedó solo con la mujer.


Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, bautízate y lávate de tus pecados, invocando el nombre de Jesucristo.


Tú no tienes parte en esta herencia de Cristo, este poder no es para ti, porque Dios sabe que tus intenciones no son buenas.


Muchos de ustedes en el pasado cometieron esos pecados, pero tuvieron una nueva oportunidad, han sido lavados, purificados y justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.


Así, queridos hermanos y hermanas en Cristo, Dios nos hizo estas promesas, y debemos vivirlas; por eso, para que Dios nos acepte, purifiquémonos alejándonos de cualquier cosa que contamine nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perfeccionándonos en santidad y respetando a Dios.


en quien tenemos la fe por identidad, que nos asegura el libre acceso a Dios con confianza.


con el fin de santificarla, purificándola con el lavamiento del agua en la acción salvadora de Dios.


Empleados, obedezcan a sus jefes con respeto e integridad, manteniendo la humildad en sus corazones, como si estuvieran respetando a Cristo;


tales enseñanzas provienen de la hipocresía de los mentirosos, que tienen la conciencia cauterizada,


y nos salvó, no por mérito nuestro, tampoco por las obras que pudiéramos hacer, sino por su misericordia y a través de la purificación, regeneración y renovación del Espíritu Santo.


La ley, que representa la antigua alianza, era solo una sombra de las bendiciones de salvación de la nueva alianza y no las bendiciones como tal. Por eso, mediante los mismos sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras año, no se puede perfeccionar a los que adoran;


Hermanos, podemos entrar con toda confianza al Lugar Santísimo por la sangre que Jesús derramó.


Por la fe celebró la Pascua, que significa caminar de la muerte a la vida, e hizo el rociamiento de la sangre en las puertas de las casas para que el ángel de la muerte no tocara a los primogénitos de Israel.


están junto a Jesús, el mediador de la nueva alianza. En este lugar está la sangre que purifica, que es mucho mejor que la sangre de Abel, pues la sangre de Abel no ofrece perdón, sino que pide venganza, en cambio, la de Jesús proclama gracia y perdón.


Entonces, acerquémonos con confianza al trono de la gracia de Dios, para que recibamos misericordia, bondad y gracia para ayudarnos cuando lo necesitemos.


Queremos que cada uno de ustedes siga esforzándose por vivir plenamente la vida cristiana hasta el fin, siendo fortalecidos por la esperanza,


No logró perfeccionar nada. En cambio, ahora tenemos una nueva esperanza, mediante Cristo nos acercamos a Dios.


Todo eso, se trataba de meramente ritos y reglas externas relacionadas con alimentos, bebidas y diversas ceremonias de purificación, válidas solo hasta el tiempo determinado para reformarlo todo.


Primero, Moisés le anunció los mandamientos de la ley a todo el pueblo (el testamento de Dios). Después, en un gesto solemne, tomó la sangre de las cabras y los terneros sacrificados, y la mezcló con agua. Tomó una lana roja y con un racimo de hisopo, roció la sangre sobre el pueblo y sobre el libro de la ley,


Siempre pidan las cosas a Dios con una fe auténtica, sin dudar, porque el que duda es como las olas del mar, que son llevadas por el viento de un lugar a otro.


Acérquense a Dios y Él se acercará a ustedes. Ustedes pecadores, purifiquen sus manos y ustedes hipócritas, limpien sus corazones.


conforme al plan de Dios Padre, que actúa en cada creyente en un proceso de santificación a través del Espíritu, para capacitarlos a la obediencia y que participen de los beneficios de la sangre de Jesucristo: gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo y la paz, que es defender la justicia, sean multiplicadas en ustedes.


que ahora usamos en el bautismo y que simboliza la salvación, no porque quita la suciedad de la carne, sino porque va construyendo una buena conciencia mediante la resurrección de Jesucristo,


y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito que resucitó de entre los muertos, el que gobierna sobre los reyes del mundo. Cristo nos ama sacrificialmente y con su sangre nos liberó de nuestros pecados,


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