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Salmos 9:13 - Biblia Martin Nieto

13 Él, vengador de la sangre, se acuerda de ellos, no olvida el grito de los oprimidos.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Ten misericordia de mí, Jehová; Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen, Tú que me levantas de las puertas de la muerte,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Señor, ten misericordia de mí. Mira cómo me atormentan mis enemigos; arrebátame de las garras de la muerte.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Ten compasión de mí, Señor, mira cómo me afligen los que me odian. Sácame de las puertas de la muerte,

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 j Oh YHVH, ten piedad de mí, Mira mi aflicción a causa de quienes me aborrecen, Tú, que me levantaste de las puertas de la Muerte,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Él recuerda el delito y pide cuentas, y no olvida el clamor del afligido.

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Salmos 9:13
24 Tagairtí Cros  

El Señor le dijo: '¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano grita de la tierra hasta mí.


El Señor preguntó a Caín: '¿Dónde está tu hermano?', y él respondió: 'No lo sé. ¿Es que soy yo el guardián de mi hermano?'.


Y añadirás: Esto dice el Señor: En el mismo lugar en que los perros han lamido la sangre de Nabot, lamerán también la tuya'.


¿No he visto ayer la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos? Oráculo del Señor. Pues en esta heredad te daré tu merecido: Oráculo del Señor. Por tanto, agárralo y tíralo a la heredad, conforme a la palabra del Señor'.


El rey Joás, olvidando los favores que le había hecho Yehoyadá, padre de Zacarías, mató a su hijo, que dijo al morir: 'Que el Señor lo vea y te pida cuentas'.


Y ahora, oh Dios nuestro, Dios grande, poderoso y terrible, que guardas la alianza y la misericordia, no tengas en poco todas las desgracias que han caído sobre nosotros, sobre nuestros reyes, nuestros jefes, nuestros sacerdotes, nuestros profetas, nuestros padres y todo tu pueblo, desde la época de los reyes de Asiria hasta el presente.


Levántate, Señor, alza tu mano; oh Dios, no te olvides del pobre.


tenían asco de cualquier comida y estaban a las puertas de la muerte.


Ven conmigo y ten piedad de mí, como haces en justicia con los que te aman;


Mira mi miseria y sálvame, pues yo no me he olvidado de tu ley;


'Por la opresión del débil y el gemido del pobre ahora me levanto yo, dice el Señor, yo daré mi auxilio al que lo ansía'.


¿Hasta cuándo tendré desazón en mi alma, y en mi corazón tristeza día y noche? ¿Hasta cuándo va a triunfar mi enemigo sobre mí?


Yo te grito, Señor: 'Tú eres mi refugio, tú eres todo lo que tengo en esta vida'.


mira a mis enemigos, que son tantos, mira con qué violencia me persiguen.


Señor, Dios mío, te pedí que me curaras y tú me curaste.


Yo reconozco mis delitos, me angustian mis pecados.


Al maestro de coro. Salmo de David.


Yo mantengo, Dios mío, los votos que te hice, los cumpliré con la acción de gracias,


pues tu misericordia conmigo fue muy grande, me has librado del fondo del abismo.


Yo decía: A la mitad de mis días tengo que ir a las puertas del abismo; seré privado del resto de mis años.


Todo su pueblo suspira buscando pan; dan sus joyas a cambio de comida, por sustentar la vida. '¡Mira, Señor, y observa qué envilecida estoy!'.


¡Hasta en sus ropas hay inmundicia! No pensaba en este fin; se hundió estruendosamente ¡y nadie la consuela! Mira, Señor, su aflicción, que el enemigo triunfa.


Había allí seis tinajas de piedra de unos cien litros cada una para los ritos de purificación de los judíos.


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