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1 Crónicas 29:11 - Biblia Martin Nieto

11 Tuya es, Señor, la grandeza, el poder, el honor, la majestad y la gloria, pues todo cuanto hay en el cielo y en la tierra es tuyo. Tuyo, Señor, es el reino, porque te alzas soberanamente sobre todo.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Tuyos, oh Señor, son la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo, oh Señor, y este es tu reino. Te adoramos como el que está por sobre todas las cosas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Tuya, oh Yavé, es la grandeza, la fuerza, la magnificencia, la duración y la gloria; pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 ¡Tuya, oh YHVH, es la grandeza y el poder, y la gloria, y la victoria y el honor; porque todo cuanto existe en los cielos y en la tierra tuyo es! ¡Tuyo, oh YHVH, es el reino, que se eleva por cabeza de todo!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Tuya es, oh Yahveh, la grandeza, el poderío, la magnificencia, el esplendor y la majestad, pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuya es, oh Yahveh, la realeza, pues tú te alzas sobre todas las cosas como dueño

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1 Crónicas 29:11
51 Tagairtí Cros  

Al principio Dios creó el cielo y la tierra.


bendijo a Abrán diciendo: 'Bendito seas, Abrán del Dios altísimo, que creó el cielo y la tierra, y


Abrán le respondió: 'Juro, mano en alto, al Señor que creó el cielo y la tierra: Yo no tomaré nada de lo que es tuyo,


David bendijo al Señor ante toda la asamblea, diciendo: 'Bendito seas tú, Señor, Dios de Israel, nuestro padre, desde la eternidad y para siempre.


oró así: 'Señor, Dios de nuestros padres, tú eres el Dios de los cielos, tú gobiernas los reinos de la tierra, tú tienes en tu mano la fuerza y el poder; nadie puede resistirte.


Y los levitas Josué, Cadmiel, Baní, Jasabnías, Serebías, Hodiyías, Sebanías y Petajías dijeron: 'Levantaos y bendecid al Señor, vuestro Dios, desde siempre y por siempre. ¡Bendito sea tu nombre sublime y excelso, superior a toda bendición y alabanza!


Y llega del norte un resplandor: Dios envuelto en majestad terrible.


El Señor es rey por siempre, por los siglos; los paganos serán barridos de su tierra.


El Señor en los cielos asentó su trono, y su soberanía todo lo gobierna.


Bendice, alma mía, al Señor. Señor, Dios mío, qué grande eres. Vestido de esplendor y majestad,


publicarán el poder de tus prodigios y pregonarán tus grandezas;


tú les harás volver la espalda en cuanto vean que les apuntas con el arco.


la voz potente del Señor, la voz majestuosa del Señor,


pone fin a la guerra hasta el confín del mundo, rompe el arco, parte la lanza y quema los escudos.


Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sacrosanto.


pues grande hasta los cielos es tu amor y grande hasta las nubes tu lealtad.


Vivo en medio de leones que devoran hombres, sus dientes son lanzas y flechas; su lengua, una espada acerada.


Álzate, oh Dios, sobre los cielos, que tu gloria domine sobre la tierra entera.


tú atravesaste y destrozaste el cadáver de Rahab, dispersaste a tus enemigos con tu potente brazo.


El Señor es rey; que se alegre la tierra y exulten las islas incontables.


porque tú eres, Señor, el altísimo sobre toda la tierra, el que domina sobre todos los dioses.


El Señor es rey, tiemblen las naciones; se sienta sobre querubines, vacile la tierra.


Y diréis aquel día: Dad gracias al Señor, invocad su nombre, proclamad sus proezas entre las naciones, repetid que su nombre es sublime.


Esto dice el Señor, Dios, el que creó los cielos y los desplegó, el que asentó la tierra y sus productos, el que da aliento al pueblo que la habita y soplo a los seres que se mueven en ella:


Esto dice el Señor: El cielo es mi trono y la tierra el escabel de mis pies. ¿Qué casa podríais construirme, y qué lugar para reposo mío?


Yo, con mi gran fuerza y desplegando mi poder he hecho la tierra, los hombres y los animales que existen sobre ella, y se la doy a quien quiero.


diciendo: 'Bendito sea el nombre de Dios por los siglos de los siglos, pues suyos son el saber y la fuerza.


Entonces promulgué la orden de que se presentaran ante mí todos los sabios de Babilonia, a fin de que me diesen la interpretación del sueño.


La sentencia contra Nabucodonosor se ejecutó inmediatamente: fue expulsado de la sociedad humana, comenzó a comer hierba como los bueyes y su cuerpo fue bañado por el rocío del cielo hasta que sus cabellos llegaron a crecerle como las plumas del águila y las uñas como las de las aves.


Ante él todos los habitantes de la tierra no valen nada; él hace lo que quiere con las milicias de los cielos y con los habitantes de la tierra. No hay nadie que pueda detener su mano, o le diga: ¿Qué haces?


no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal'.


Al rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Él, que es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser, sostiene todas las cosas con su palabra poderosa, y, una vez que realizó la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en lo más alto del cielo,


El arca de la alianza del Señor de toda la tierra va a atravesar delante de vosotros el Jordán.


Tan pronto como las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca del Señor de toda la tierra toquen las aguas del Jordán, la corriente del río se cortará y las aguas que vienen de arriba se pararán formando como un muro'.


gloria, majestad, soberanía y poder con Jesucristo nuestro Señor, desde siempre, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.


El séptimo ángel tocó la trompeta, y se oyeron en el cielo voces potentes que decían: El imperio del mundo ha pasado a nuestro señor y a su mesías; él reinará por los siglos de los siglos.


Después de esto oí en el cielo la voz de una gran multitud que decía: ¡Aleluya! La victoria, la gloria y el poder a nuestro Dios,


Y aquel que es la gloria de Israel no miente ni se arrepiente, porque él no es un hombre para arrepentirse'.


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