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Oseas 4:1 - Nueva Biblia Española (1975)

1 Escuchen la palabra del Señor, hijos de Israel: el Señor pone pleito a los habitantes del país, que no hay verdad ni lealtad ni conocimiento de Dios en el país,

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Biblia Reina Valera 1960

1 Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque Jehová contiende con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡Escucha la palabra del Señor, oh pueblo de Israel! El Señor ha presentado cargos en tu contra, diciendo: «No hay fidelidad, ni bondad ni conocimiento de Dios en tu tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Escuchen lo que dice Yavé, hijos de Israel. Yavé tiene un pleito pendiente con la gente de esta tierra, porque no encuentra en su país ni sinceridad, ni amor, ni conocimiento de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Oíd el oráculo de YHVH, oh hijos de Israel! Porque YHVH tiene una contienda con los habitantes del país, Por cuanto no hay fidelidad ni misericordia, Ni conocimiento de Dios en la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Escuchad la palabra de Yahveh, hijos de Israel, porque Yahveh viene a querellarse contra los habitantes del país, porque no hay en ellos ni fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios.

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Oseas 4:1
44 Tagairtí Cros  

Miqueas continuó: Por eso escucha la palabra del Señor: vi. al Señor sentado en su trono. Todo el ejército celeste estaba en pie junto a él, a derecha e izquierda,


'No tendrás un dios extraño, no adorarás un dios extranjero,


Oigan la palabra del Señor, príncipes de Sodoma; escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.


Entonces, vengan, y litigaremos -dice el Señor-. Aunque sus pecados sean como púrpura, blanquearán como nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán como lana.


Escuchen la palabra del Señor, gente burlona, que gobiernan a ese pueblo de Jerusalén:


Acérquense, pueblos, a escuchar; naciones, atiendan; escuche la tierra y los que la llenan, el orbe y cuanto produce;


porque es el día de la venganza del Señor, año de desquite para la causa de Sión.


Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sean jueces entre mí y mi viña.


No hay quien invoque la justicia ni quien pleitee con sinceridad; se apoyan en la mentira, afirman la falsedad, conciben el crimen y dan a luz la maldad.


No conocen el camino de la paz, no existe el derecho en sus rodadas, se abren sendas tortuosas; quien las sigue, no conoce la paz.


Oigan la palabra del Señor, los que se estremecen ante sus palabras: Dicen sus hermanos, los que los detestan, los que los rechazan por mi nombre: 'Que el Señor muestre su gloria y veamos la alegría de ustedes'. Pues serán confundidos ellos.


Yo se lo encarecí a sus padres cuando los saqué de Egipto, y hasta hoy he repetido mis encarecimientos: 'Obedézcanme'.


Di: Escuchen la palabra del Señor, reyes de Judá y vecinos de Jerusalén: Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo haré venir sobre este lugar una catástrofe que a quien la oiga le zumbarán los oídos;


Escuchen la palabra del Señor, casa de Jacob, tribus todas de Israel:


Por eso vuelvo a pleitear con ustedes y con sus nietos pleitearé -oráculo del Señor- .


el eco resuena hasta los confines del orbe, porque el Señor entabla pleito con los paganos, viene a juzgar a todos los hombres y hará ejecutar a los culpables -oráculo del Señor- .


Escucha, pues, la palabra del Señor, Sedecías, rey de Judá: Así te dice el Señor: No morirás a espada.


Mi pueblo es insensato,' no me reconoce, son hijos necios que no recapacitan: son diestros para el mal, ignorantes para el bien.


la tierra guardará luto, el cielo arriba se ennegrecerá; lo dije y no me arrepiento, lo pensé y no me vuelvo atrás.


Me dije: ésos son pobretones e ignorantes, no conocen el camino del Señor, el precepto de su Dios;


Porque Israel y Judá no son viudas de su Dios, el Señor de los ejércitos, mientras que el país caldeo es deudor del Santo de Israel.


porque del primero al último sólo buscan medrar, profetas y sacerdotes se dedican al fraude.


Les dirás: Esta es la gente que no obedeció al Señor, su Dios, y no quiso escarmentar; la sinceridad se ha perdido, extirpada de su boca.


Escuchen, mujeres, la palabra del Señor, reciban sus oídos la palabra de su boca: Ensayen a sus hijas una endecha, cada una a su vecina una elegía:


tensan las lenguas como arcos, dominan el país con la mentira y no con la verdad; van de mal en peor, y a mí no me conocen -oráculo del Señor- .


Por eso así dice el Señor de los ejércitos: Yo mismo los fundiré y examinaré, pues no puedo desentenderme de la capital de mi pueblo:


Por eso, prostituta, escucha la palabra del Señor.


El Señor entabla pleito con Israel para tomar cuenta a Jacob de su conducta, para darle la paga de sus acciones.


En el vientre suplantó a su hermano, siendo adulto luchó contra Dios,


Escúchenlo, sacerdotes; atiendan, israelitas; casa real, oigan: Es contra ustedes la sentencia. Porque fueron trampa en Atalaya,


No los dejan sus acciones convertirse a su Dios, porque llevan dentro un espíritu de fornicación y no conocen al Señor.


Óiganlo, jefes; escuchen, campesinos: ¿Ha sucedido algo semejante en sus días o en los días de sus antepasados?


Escuchen, israelitas, esta palabra que les dice el Señor; a todas las tribus que saqué de Egipto:


Pues bien, escucha la palabra del Señor: Tú me dices: No profetices contra Israel, no vaticines contra la casa de Isaac.


Escuchen, montes, el juicio del Señor, firmes cimientos de la tierra: el Señor entabla juicio con su pueblo, pleitea con Israel.


aunque nunca lo han conocido. Yo, en cambio, lo conozco bien y, si negase conocerlo, sería un mentiroso parecido a ustedes. Pero lo conozco bien y cumplo su mensaje.


Como además juzgaron inadmisible seguir reconociendo a Dios, los entregó Dios a la inadmisible mentalidad de romper toda regla de conducta,


Sacúdanse la flojera, como es razón, y dejen de pecar. Ignorancia de Dios es lo que algunos tienen; se lo digo para su vergüenza.


Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias. El que salga vencedor no será víctima de la muerte segunda.


Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.


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