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Mateo 6:6 - Nueva Biblia Española (1975)

6 Tú, en cambio, cuando quieras rezar, entra en tu cuarto, echa la llave y rézale a tu Padre que está en lo escondido; y tu Padre, que ve lo escondido, te recompensará.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento interior, cierra con llave tu puerta° y ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Pero tú, cuando hagas tu oración, entra en tu aposento y, cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te dará la recompensa.

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Mateo 6:6
17 Tagairtí Cros  

Entró, cerró la puerta y oró al Señor,


Los ojos del Señor no se apartan de los honrados, sus oídos atienden a sus gritos de auxilio;


así le sacarás los colores y el Señor te lo pagará.


Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos y cierra la puerta por dentro; escóndete un breve instante mientras pasa la cólera.


Antes de que me llamen yo les responderé, aún estarán hablando y los habré escuchado.


Después de despedirla subió al monte para orar a solas. Al anochecer seguía allí solo.


para no hacer ver tu ayuno a la gente, sino a tu Padre que está en escondido; y tu Padre, que ve lo escondido, te recompensará.


para que tu limosna quede escondida; y tu Padre, que ve lo escondido, te recompensará.


Natanael le preguntó: ¿De qué me conoces? Jesús le contestó: Antes que te llamara Felipe, estando tú bajo la higuera, me fijé en ti.


Le dijo Jesús: Suéltame, que aún no he subido con el Padre para quedarme. En cambio, ve a decirles a mis hermanos: 'Estoy subiendo a mi Padre que es vuestro Padre, que es mi Dios y vuestro Dios'.


Contestó Cornelio: Hace cuatro días estaba yo rezando en mi casa a esta misma hora, a media tarde, cuando se me presentó un hombre vestido espléndidamente,


Al día siguiente, hacia el mediodía, mientras ellos iban de camino, cerca ya de la ciudad, subió Pedro a la azotea a orar,


Pedro mandó salir fuera a todos, se arrodilló, se puso a rezar, y, dirigiéndose a la muerta, dijo: Gacela, levántate. Ella abrió los ojos, y al ver a Pedro se incorporó.


Porque los que se dejan dirigir por los bajos instintos tienden a lo bajo, mientras los que se dejan dirigir por el Espíritu tienden a lo propio del Espíritu;


Por esta razón doblo las rodillas ante el Padre,


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