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Jeremías 39:5 - Nueva Biblia Española (1975)

5 Pero el ejército caldeo los persiguió, y alcanzó a Sedecías en la estepa de Jericó. Lo apresaron y lo llevaron ante Nabucodonosor, rey de Babilonia, que estaba en Ribla, provincia de Jamat. Allí lo juzgó.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Pero el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y le tomaron, y le hicieron subir a Ribla en tierra de Hamat, donde estaba Nabucodonosor rey de Babilonia, y le sentenció.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Sin embargo, las tropas babilónicas los persiguieron y alcanzaron a Sedequías en las llanuras de Jericó. Lo capturaron y lo llevaron ante el rey Nabucodonosor de Babilonia, que se encontraba en Ribla, en la tierra de Hamat. Allí el rey de Babilonia dictó sentencia contra Sedequías.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Pero las tropas de los caldeos salieron en su persecución y alcanzaron a Sedecías en los llanos de Jericó, lo tomaron preso y lo llevaron a la presencia de Nabucodonosor, que estaba en Ribla, en tierra de Jamat, el cual lo sometió a juicio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Pero el ejército de los caldeos los persiguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó, y habiéndolo prendido, lo llevaron donde estaba Nabucodonosor rey de Babilonia, a Ribla en tierra de Hamat, y allí lo sentenció.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Pero las tropas de los caldeos los persiguieron y dieron alcance a Sedecías en las estepas de Jericó. Lo prendieron y lo llevaron a Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Riblá, en el país de Jamat, el cual dictó sentencia contra él.

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Jeremías 39:5
26 Tagairtí Cros  

Tou, rey de Jamat, oyó que David había derrotado al ejército de Adadhézer,


El rey de Asiria trajo gente de Babilonia, Cuta, Avá, Jamat y Serfarvain y la estableció en las poblaciones de Samaria, para suplir a los israelitas. Ellos tomaron posesión de Samaria y se instalaron en sus poblados.


El faraón Necó lo encarceló en Ribla, provincia de Jamat, para impedirle reinar en Jerusalén, e impuso al país un tributo de tres mil kilos de plata y treinta de oro.


Apresaron al rey, y se lo llevaron al rey de Babilonia, que estaba en Ribla, y lo procesó.


Entonces hizo venir contra ellos a los generales del rey de Asiria, que apresaron a Manases con garfios, lo ataron con cadenas de bronce y lo condujeron a Babilonia.


todos tus jefes desertaron en bloque, sin un disparo de arco cayeron prisioneros; todas sus tropas fueron copadas cuando se alejaban huyendo.


Después -oráculo del Señor- a Sedecías, rey de Judá, a sus ministros y a los que sobrevivan en la ciudad a la peste, la espada y el hambre los entregaré en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de sus enemigos mortales. Los pasará a filo de espada, sin piedad, sin respetos, sin compasión.


A Sedecías, rey de Judá, a sus dignatarios, al resto de Jerusalén que quede en esta tierra o resida en Egipto, los trataré como a esos higos tan malos que no se pueden comer.


Pero si no te rindes a los generales del rey de Babilonia, esta ciudad caerá en manos de los caldeos, que la incendiarán, y tú no escaparás.


Todas tus mujeres y tus hijos se los entregarán a los caldeos, y tú no te librarás de ellos, sino que caerás en poder del rey de Babilonia, que incendiará la ciudad.


sino viento huracanado a mis órdenes: ahora me toca a mí pronunciar su sentencia.


Así dice el Señor: Yo entregaré al faraón Ofra, rey de Egipto, en manos de los enemigos que lo persiguen a muerte, como entregué a Sedecías, rey de Judá, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, el enemigo que lo perseguía a muerte.


Están confusas Jamat y Arpad, porque han oído una noticia terrible: ansiosas, fluctúan como el mar, no logran calmarse.


Judá marchó al destierro, humillada y en dura esclavitud; hoy habita entre paganos, sin encontrar reposo; los que la perseguían le dieron alcance y la cercaron.


Al ungido del Señor, al que era nuestro aliento, lo cazaron en una trampa, a aquel de quien decíamos: 'A su sombra viviremos entre los pueblos'.


Vienen contra ti infantes y jinetes y carros, multitud de tropas; te cercan con escudos y adargas y yelmos; les encomiendo la justicia y ejecutarán en ti su sentencia.


Es temible y terrible: él con su sentencia impondrá su voluntad y su derecho.


Subieron ellos y exploraron el país desde El Espino hasta Plaza, junto a la entrada de Jamat.


todo el país de Biblos y el Líbano oriental, desde Baalgad, al pie del Hermón, hasta el Paso de Jamat.


Unos cuarenta mil hombres equipados militarmente desfilaron ante el Señor hacia la llanura de Jericó.


Los israelitas estuvieron acampados en Guilgal y celebraron la Pascua el catorce del mismo mes, por la tarde, en la llanura de Jericó.


los cinco principados filisteos, todos los cananeos, fenicios e hititas que habitan el Líbano, desde la cordillera de Baal Hermón hasta el Paso de Jamat.


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